lunes, 21 de marzo de 2011

Redescubrir América...

Historias de viajeros que se animaron a la ruta y recorrieron más de 30.000 kilómetros, de punta a punta del continente americano, en camionetas ultraequipadas o en un Citroën del 70, casi como conquistadores de tierras desconocidas


Redescubrir América


Desde Boston con Maribel
A fines de 2008, Sebastián Guirao comenzó a planificar la aventura que finalmente se concretó junto a otros cuatro amigos, en marzo de 2010. Partieron de Boston, donde los esperaba Nicolás, con la Chrysler Caravan que los acompañó durante 35.000 kilómetros y poco más de cinco meses de travesía. Sebastián, Rafael, José, Pablo y Nicolás iniciaron el viaje a bordo de Maribel, tal como bautizaron a la camioneta. "Llegamos de Boston a la Argentina preguntando", rememora Sebastián, en alusión a que decidieron no planificar las rutas y despojarse del GPS al dejar Estados Unidos para poder relacionarse con la gente a medida que avanzaban. La meta del viaje se convirtió en encontrar las mejores playas para hacer surf, así que cargaron las tablas y descubrieron las mecas de este deporte bordeando la costa del Pacífico. Entre otras historias, surgen las tres noches en velero para llegar de Panamá a Cartagena, mientras la camioneta cruzaba en un ferry. Finalmente Maribel encontró nuevos dueños en un hogar de ancianos en Bolivia, donde los chicos donaron el vehículo y siguieron viaje hasta Lincoln, desde el norte argentino, en el auto de uno de sus padres.


A San Francisco, por la costa
"Algunos problemas de salud en el camino nos hicieron dar cuenta de que la vida es una y hay que vivirla de otra manera", cuenta Jorge Giorgi, que con Hebe Games, su esposa desde hace casi cuarenta años, iniciaron en 2008 un viaje de seis meses uniendo Mar del Plata con San Francisco, Estados Unidos. Tenían 61 y 59 años, una camioneta Chevrolet S10 y mucho entusiasmo por recorrer los 30.000 kilómetros de ruta hasta la meta ansiada. La particularidad del viaje estaba en hacerlo por la costa atlántica para recorrer las playas de Brasil antes de aventurarse por América Central. Por eso, entre las anécdotas está una navegación por el Amazonas durante seis días, con la camioneta a bordo. Nombrados como embajadores de Mar del Plata, partieron equipados con folletería y monedas argentinas, para repartir a los amigos que hacían durante el viaje. Para que la travesía fuera un disfrute constante, no manejaban más de cinco horas diarias y contaban con la ayuda de los mapas ruteros y las guías Lonely Planet. La cábala de descorchar un champagne al traspasar cada frontera no falló: 30.000 kilómetros y seis meses después arribaron a San Francisco.


Ligeros de equipaje
Facundo y M. Dolores Laiz Navarro tenían un sueño que para muchos podía sonar a utopía, casi un delirio romántico en el que sólo ellos tenían fe. Después de 73.227 km, 1053 días y 17 países recorridos en un Citroën 3CV de 1970, que unió la Mar del Plata natal de este joven matrimonio con Ushuaia y de allí Alaska, con miles de escalas e historias? Facu y Loli demostraron con su travesía mucho más que algo que parecía una imposibilidad técnica. La nave, como le llaman, y sus fieles tripulantes son la viva prueba de que cualquier sueño es posible si uno se entrega al viaje. "Como todo el mundo, buscamos respuestas. Elegimos hacer nuestra búsqueda en lo incierto del camino", explica Facundo, un ingeniero con pluma de poeta. Así fue como un 27 de diciembre de 2007 salieron sin rumbo cierto, pero con el corazón ávido de historias por vivir. Con poco equipaje y un presupuesto mínimo, sostenido con la venta de artesanías, más la mano amiga de todos los que fueron testigos del paso de estos aventureros, un día Facu, Loli y el Citro llegaron a Alaska. Hoy, pocos meses después de concluido el gran viaje, el autito los sigue transportando por Mar del Plata, como si fuera uno más, pero con la historia en las ruedas de haber cruzado ríos, subido montañas, volcanes, y oficiado de compañero de incontables caminos y anécdotas.
www.americaencitro.blogspot.com



Un largo regreso a casa
Máximo Díaz y Romina Polnoroff habían vivido en Nueva York durante casi una década. En 2008 nació Joaquín y con él las ganas de verlo crecer con la familia completa, en la Argentina. Pero el regreso se vio atenuado por una aventura que los sedujo por completo: cambiar las once horas de avión por un año en la ruta con su camioneta como único transporte y un itinerario sin prisas. "Queríamos planear todo lo que venía por delante, pero es ridículo, todo va cambiando en el camino", explica Max, al tiempo que admite que no fue fácil embarcarse en una travesía tan larga con un bebe de un año y medio, pero la fantasía de un viaje por tierra siempre estuvo y la historia de la familia Zapp (ver cuadro) los ayudó a decidirse. Parte de la aventura fue dormir en casas de familia, que ofrecen voluntariamente hospedaje a través de las redes CouchSurfing (www.couchsurfing.org) y Servas (www.argentina.servas.org), lo que les permitió conocer la cultura de cada lugar, desde adentro. Según las palabras de sus papás, que aseguran conocer todas las plazas de NY a Buenos Aires, Joaquín era el amuleto: muchos grandes amigos del viaje surgieron a través de él. "La clave fue respetar los horarios de Joaco, todo giraba en torno a sus tiempos", cierra Romina, orgullosa del sueño hecho realidad.
www.nytoba.com



Una obra de ingeniería
Sin duda, las profesiones de Walter Pagani, ingeniero, y Marcelo Adaro, piloto y abogado, sumadas a una pasión por las travesías en camioneta, dieron como resultado un viaje que fue casi un rally: 72 días y 33.100 kilómetros para unir Buenos Aires con Alaska a bordo de una Toyota Land Cruiser. Un año de minuciosa planificación fue fundamental: cada día los encontraba desde temprano en la ruta, siguiendo el camino que previamente habían marcado en los mapas y confirmado con el GPS, compañero infaltable. Después de un itinerario que atravesó América Central, gran parte de Estados Unidos y Canadá, el día 49 arribaron al objetivo del viaje: el último punto por tierra en el continente, conocido como Deadhorse, en Alaska. Después del hito, la vuelta a Buenos Aires fue en avión y la camioneta navegó desde San Francisco hasta Valparaíso, Chile. Allí la dupla fue a buscarla para dar por concluida la travesía, no sin antes ponerle nombre a la próxima aventura: Rusia-Mongolia.
www.hastaalaskaentoyota.com.ar


Los Zapp, familia rodante
El 25 de enero de 2000 empezó el viaje de los Zapp. Claro que en ese entonces eran sólo Herman, Candela y un glorioso Graham Paige de 1928 que amenazaba con dejarlos a pie en los primeros kilómetros del viaje con el que planeaban unir Ushuaia con Alaska. No sólo llegaron al destino propuesto -cuatro años después-, sino que en el camino nació Pampa, el primer hijo del matrimonio, y una forma de vida a bordo del Macondo Cambalache, como apodan al Graham. Le siguió la ruta La Quiaca-Ushuaia, otra vuelta por Estados Unidos y Canadá, luego Australia y Nueva Zelanda, y en la ruta, la llegada de Tehue, Paloma y Wallaby, los otros tres hijos que completan la familia. El largo camino recorrido también dio origen a un libro, Atrapa tu sueño, inspirador y referente de todos los viajeros de alma, y que ya va por su octava edición. Las aventuras de los Zapp pueden seguirse a través de su Web, www.argentinaalaska.com. Por estos días se encuentran en Filipinas, intentando llegar a Malasia. Según palabras de Herman, el único requisito para embarcarse en un viaje como éste es "querer vivir la vida. Porque la vida es una aventura, quien no se aventura... se la pierde".


TIPS INDISPENSABLES

  • Documentación personal: Es fundamental tener el pasaporte al día, la visa para entrar a Estados Unidos, y el registro internacional, que puede tramitarse en ACA, Libertador 1850, por $ 100. Tenga fotocopias de todo, suelen pedirlas en las fronteras.

  • Documentación del vehículo: título original del auto y tarjeta verde. El seguro generalmente se adquiere en las fronteras y algunos son válidos en países limítrofes.

  • Para salir a la ruta: en ciertos destinos es obligación llevar matafuegos, triángulo de emergencia y kit de primeros auxilios. Es ideal equiparse con mapas ruteros, guías y GPS.

  • Embarcar el auto: esto será inevitable y el viajero debe prepararse para trámites caros y engorrosos, aunque no imposibles. El llamado tapón de Darien, que une Panamá con Colombia, obliga a cruzar el auto en barco, y el valor puede ascender a US$ 1500 más la tarea de un gestor. Una empresa naviera que ofrece buenos servicios es www.seaboardmarine.com . Para embarcar el auto desde Estados Unidos hasta Chile, www.seashipping.com , es una buena opción y el costo estimativo es de US$ 4500.

  • Dinero: tarjetas de crédito y débito son lo más recomendado; lleve poco efectivo. Los cheques de viajero son difíciles de cambiar en varios destinos de América.

  • Salud: es importante consultar con tiempo para hacerse análisis y constatar qué vacunas serán necesarias, según las recomendaciones de cada destino. También, los antecedentes del paciente. El Hospital Italiano cuenta con un sector de Medicina al Viajero y un correo de consulta las 24 horas: medicina.viajeros@hospitalitaliano.org.ar
Por Daniela Dini Para LA NACION, marzo de 2011.-

miércoles, 16 de marzo de 2011

Guatemala, la antigua que atrae a los más jóvenes...

Con la mochila a cuestas, a pie o en las coloridas guaguas, un amplio recorrido entre ruinas precolombinas y también coloniales, mercados interminables, volcanes, lagos y más...
 
 
 

CIUDAD DE GUATEMALA.- Guatemala en lengua azteca significa lugar de muchos árboles, algo que se ratifica desde el momento que se pisa este país. Con variados ecosistemas y paisajes en una superficie de 108.889 kilómetros cuadrados, las dos terceras partes del territorio están formadas por montañas de origen volcánico.
Moverse por Guatemala no es fácil. Mucho menos para quienes, como en este caso, lo hacen con bajo presupuesto. Su principal medio de transporte público son las guaguas, también conocidas por la comunidad internacional de mochileros como chicken bus. Estos micros tienen el mismo tamaño que los clásicos y amarillos escolares norteamericanos, esos que vemos en las películas de Hollywood o en los capítulos de Los Simpson, pero pintados de mil colores y repletos de pasajeros, valijas y hasta animales.
En un asiento para dos fácilmente se acomodan cuatro y los choferes manejan rápido sin importar el estado de la ruta. El viajero debe prestar mucha atención al subir. Por lo general es necesario hacer combinaciones en las que, entre otras cosas, hay que rezar para que, en el momento de cambiar de bus, alguien se acuerde de alcanzarnos el equipaje que va en el techo, todo a tiempo para abordar el próximo vehículo.

Chichicastenango
 
El primer destino de este viaje fue Chichicastenango. En el centro del país, a 145 kilómetros de la capital, esta ciudad es sede de un famoso mercado. Los jueves y domingos, la feria más grande de América Central se extiende por calles y más calles, al aire libre, con puestos de ropa, comida, artesanías en cerámica, madera, máscaras, flores, joyerías y mucho más, donde los precios no existen, todo depende de la habilidad para regatear.
Más allá de las compras, el pueblo de Chichi da muestras de una asombrosa fusión de ritos católicos e indígenas. En la iglesia de Santo Tomás, por ejemplo, muy cerca del mercado y construida en el siglo XVI sobre estructuras mayas, los locales arrodillados rezan en la oscuridad de pisos cubiertos por velas y ramas venerando la cultura chamánica; en el cementerio, donde aún hoy en ciertas ocasiones se sacrifican animales, se puede apreciar una cantidad de colores fascinantes alejados del negro o gris de la tradición católica.




El hit turístico
 
Desde Chichi, bastaron dos tramos en chicken bus para llegar a Antigua Guatemala, principal destino turístico guatemalteco, designado patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1979.
En la pequeña ciudad hay mucho para ver y los guías ofrecen sus servicios en cada punto de atracción. Así fue como conocimos a Raúl y, a través de sus palabras, un poco de la historia de Antigua.
La ciudad, que comenzó a construirse en 1543, fue la capital del entonces Reino de Guatemala. Pero luego de una serie de fuertes sismos, recordados como los terremotos de Santa Marta, la capital fue trasladada, en 1773, a la actual ciudad de Guatemala. Así es como hoy Antigua, detenida en el tiempo, cuenta con un gran número de ruinas de iglesias, entre otras construcciones barrocas, muchas obra del arquitecto De Porres. Entre ellas, la catedral, frente a la Plaza Mayor, con paredes que datan del 1600, una cúpula sin techo y una hermosa fachada.
El Palacio del Ayuntamiento, junto a la catedral, hoy sede de museos. El Convento de las Capuchinas, claustro de aspirantes a monjas de clausura, fundado en 1725, hoy está ocupado por el Consejo Nacional para la Protección de la Antigua Guatemala. El Convento de la Recolección, fundado en 1700 como el Colegio de Cristo Crucificado de los Misioneros Apostólicos, aún en ruinas, no fue reconstruido. La iglesia y convento La Merced, con su maravillosa fachada amarilla de mínimos detalles y estilo barroco, contiene una de las fuentes más grandes de la ciudad en medio de su patio interno.
El arco de Santa Catalina Pila de la Unión, creado con el fin de que las monjas de su convento no sean vistas al cruzar de un lado al otro del predio, es hoy ícono del centro de la ciudad. El palacio de los capitanes, edificado en el siglo XVI con arcos de medio punto a lo largo de la Plaza Mayor, ocupa una manzana completa, hoy con oficinas de la policía y de asistencia turística. También las iglesias de Santa Lucía, San Sebastián, San Agustín, San José, Santa Teresa, del Carmen, San Pedro, del convento Santa Clara, de San Francisco, de la Concepción, de la Santa Cruz, de Candelaria, de Santa Rosa de Lima, de Santo Domingo, de San Jerónimo.
Aparte de tan amplia colección arquitectónica, está el cerro de la Cruz. Para conocerlo, una opción es escalarlo en grupos guiados para apreciar las vistas de la ciudad y el volcán de agua en el fondo.
A la noche hay variedad de restaurantes, desde comida japonesa, francesa, italiana hasta mexicana y guatemalteca, todos ambientados con luz tenue y amarilla acompañando la magia de las antiguas construcciones de la ciudad y sus calles de piedra. También hay bares con música bailable donde se puede tomar algo y conocer gente. Lo recomendable de todas formas es salir temprano ya que a las 22 los lugares comienzan a cerrar y la gente se retira a descansar.


Panajachel, portal del Atitlán
 
Otro día, más guaguas. Nos alejamos de las ruinas de la ciudad hacia el verde y azul de los volcanes y los lagos. Emprendimos camino a Panajachel, portal del lago Atitlán formado por un accidente hidrográfico que hoy muchos agradecemos. Alrededor de él se alzan volcanes y distintas poblaciones de nombres religiosos como Santa Catarina, Santa Cruz, San Marcos, San Juan, San Lucas y San Pedro, al que una lancha nos llevó por dos dólares.
Pocas palabras existen para describir la armonía, la felicidad y el agrado que provoca este lugar. Al llegar, un niño nos guió hasta un hostal llamado Luna Azul frente al lago. Allí nos recibió Alex, un joven norteamericano que alquila este espacio para vivir viajando. Nos sentimos como en casa en este sitio donde cada huésped, con libertad y respeto, puede sacar de la heladera una cerveza, agua o gaseosa y luego anotarla a su nombre en un cuaderno.
Por la mañana María, la cocinera, sirve scones caseros con manteca o mermelada y café con leche calentito. También esto se anota a cuenta en el cuaderno, al igual que el almuerzo o la cena. Además, todas las tardes, a las 17, se sabe que llega Olivia, la vecina, con una exquisita torta de chocolate.
La noche en San Pedro es tranquila. Hay un bar donde se proyectan películas los miércoles; alguno sirve tragos y otro ofrece bandas en vivo los viernes. Durante el día se disfruta del paisaje y la paz: jugar a las cartas, pintar, leer, escribir, nadar, caminar, escalar el volcán, alquilar un kayak, o salir de visita para conocer otros pueblos.
Antes de irnos, a la noche, pagamos las cuentas pendientes. No podíamos creer que habíamos comido, dormido y disfrutado cinco días por un total de... ¡40 dólares!
Sólo hay una guagua para salir de San Pedro, a las 5.30 A.M. Así que temprano seguimos viaje, con parada en Guatemala City, pero con destino Cobán, donde contratamos una camioneta para ir hasta Semuc Champey, ubicado en el municipio Lanquín.
Semuc Champey es mágico. El río Cahabón fluye y choca contra piedras calizas formando pozas de entre uno y tres metros de profundidad, con aguas tranquilas y cristalinas rodeadas de un bosque húmedo subtropical y unidas por pequeñas cataratas. La entrada al parque cuesta 4 dólares. Además de disfrutar del paisaje y bañarse en las pozas se puede escalar hasta el mirador y observar la totalidad del parque, una vista imperdible.
Otra excursión realmente aventurera es a las cuevas Kan-Ba. Estas cuevas escondidas en la piedra sobre un río templado requieren sacarse los zapatos y ponerse el traje de baño. El tour guiado provee velas y un salvavidas para quien no pueda nadar. Dura aproximadamente una hora y cuesta 6 dólares. Dentro de las cuevas se observan estalactitas y estalagmitas, también cascadas que sorprenden en este mundo subterráneo. Al finalizar el tour volvimos por el río Cohabón hasta la posada donde nos alojábamos, Las Marías.

RECUERDOS DE LA CIVILIZACION
Tikal, que significa lugar de las voces, fue la ciudad más grande del período clásico de la civilización maya. Llegó a extenderse hasta una superficie de 576 km2, de los cuales sólo 16 se pueden apreciar hoy y están entre los sitios más visitados por los turistas que llegan a Guatemala. Distintas investigaciones concluyen que la ciudad se habría originado hacia el 600 a.C. Se estima que llegó a tener una población de 100 a 150 mil habitantes. Los primeros científicos la encontraron en 1848. Y entre 1950 y 1970 la Universidad de Pensilvania realizó importantes excavaciones, aunque en 1979 el gobierno guatemalteco decidió iniciar un proyecto arqueológico que hoy sigue en desarrollo.
La Plaza Mayor es el centro del parque que hoy se visita, rodeada de los templos I y II, la acrópolis norte y la central. Además existen otros cuatro templos piramidales (siempre en busca del cielo) y el palacio real.
Además de los restos arqueológicos de lo que un día fue la ciudad de Tikal, el predio es un buen lugar para observar la fauna. Desde una incontable variedad de aves hasta tarántulas gigantescas, pasando por los sorprendentes monos aulladores, cuyos fuertes rugidos se suelen confundir con los de un animal feroz y carnívoro, a pesar de que come frutas y hojas.

Por Victoria Verzini Para La Nación, marzo 2011

viernes, 11 de marzo de 2011

Todo Piazzolla en Mar del Plata...

 Mar del Plata se prepara para festejar el nacimiento del gran compositor argentino Astor Piazzolla con múltiples actividades durante todo marzo. Además, habrán visitas guiadas gratuitas por zonas geográficas donde Piazzolla tuvo vinculación desde pequeño...



En el 90º aniversario de su nacimiento se prevén diversas actividades y el EMTUR organizó visitas guiadas.
La tercera edición de “Piazzolla Marplatense”, mes dedicado a homenajear la figura del músico argentino más importante del siglo XX, nacido en nuestra ciudad, quedará inaugurada este viernes a las 21, en el Teatro Municipal Colón, con el estreno de una de sus obras máximas: la operita “María de Buenos Aires”, con la actuación del Quinteto de la Fundación Astor Piazzolla.
En el papel de “El duende”, el actor Juan Vitali, Sebastián Holz (voz) y Noelia Moncada en el rol de María. Dirección Musical Julián Vat. Dirección general y vestuario: Laura Escalada Piazzolla.
“María de Buenos Aires” en formato de ópera-tango (u “operita” como se la llamó coloquialmente), consta de dos partes y dieciséis cuadros y fue escrita por Astor Piazzolla y Horacio Ferrer entre diciembre de 1967 y febrero de 1968, para bandoneón, recitante, cancionista, cantor, diez instrumentos y coro mixto.
Fue estrenada en la sala Planeta de Buenos Aires el 8 de mayo de 1968 por sus autores, con Amelita Baltar (María), Héctor de Rosas (cancionista), Horacio Ferrer (el Duende) y los músicos dirigidos por Astor Piazzolla (bandoneón), Antonio Agri y Hugo Baralis (violines), Néstor Panik (viola), Víctor Pontino (cello), Kicho Díaz (bajo), Jaime Gosis (piano), Tito Bisio (vibrafón, xilofón y campanelli), José Corriale (percusión), Cacho Tirao (guitarra) y Arturo Schneider (flauta).



Fue representada en incontables oportunidades en todo el mundo, por distintos actores y músicos, recibiendo excelentes críticas, distinciones y premios. En 2003, Laura Escalada Piazzolla, presidenta de la Fundación Astor Piazzolla, reunió a importantes figuras del tango contemporáneo y reestrenó la obra en nuestro país.
La versión que se estrenará en nuestra ciudad será interpretada por el Quinteto de la Fundación Astor Piazzolla integrado por Nicolás Guershberg (piano), Sergio Rivas (contrabajo), Pablo Mainetti (bandoneón), Germán Martínez (guitarra), Sebastián Prusak (violín) y los músicos invitados, Néstor Tedesco (cello), Gabriel Falconi (viola) y Julián Vat (flauta). En el papel de “El Duende”, el actor Juan Vitali y las actuaciones de Sebastián Holz (voz) y Noelia Moncada en el rol de María.


Luis Reales, director del teatro Municipal Colón anticipó lo que será “algo inédito en Mar del Plata, el estreno, la primera audición de la operita ‘María de Buenos Aires’, un hecho absolutamente único, porque también va a ser la única función que se va a realizar. La versión es la que presenta la Fundación Astor Piazzolla, será con entrada libre y gratuita y se pondrá una pantalla gigante fuera del teatro para los que no tengan la posibilidad de acceder, puedan disfrutarla desde afuera”.
Toda la programación del mes será realizada con elencos marplatenses y artistas que vienen de la Fundación Astor Piazzolla y esta programación recorrerá también los barrios marplatenses en el marco del programa “El Colón camina”, un programa que utiliza la cultura como una herramienta de inclusión social.

El EMTUR realizará visitas guiadas gratuitas
En el marco de la conmemoración que realiza la Municipalidad de General Pueyrredon denominada “Piazzolla Marplatense – 90 años”, que se realiza durante todo el mes de marzo y que incluye diversos actos y espectáculos, es que el Ente Municipal de Turismo (EMTur) ha programado una serie de City Tours gratuitos que recorren las zonas geográficas de nuestra ciudad en donde Astor Piazzolla tuvo vinculación desde pequeño.
Los City Tours se desarrollarán los días 11, 14, 16, 22 y 24 de marzo, a partir de la hora 18, y el lugar de partida es el local 51 que el Ente de Turismo posee en la Rambla Casino. Quienes deseen inscribirse para participar deben hacerlo con antelación personalmente en la Oficina de Informes ubicada en Boulevard Marítimo 2267, local 51, a partir de la hora 8 y hasta las 20; o bien en Belgrano 2740, en el horario de 8 a 16. También pueden hacerlo telefónicamente al número 495-1777.
Los City Tours son gratuitos y tienen una duración aproximada de dos horas, ya que los mismos contemplan, entre otras cosas, la proyección de un video en la sede de la Biblioteca Musical “Ástor Piazzolla”, de la Fundación Papelnonos. Asimismo, el micro ómnibus recorre –junto a guías turísticas provistas por el EMTur- las distintas zonas y barrios en donde el artista desarrolló parte de su vida, como la casa donde nació y vivió o el barrio de la ex terminal.
Fuente: puntodenoticias.com

jueves, 3 de marzo de 2011

Por las calles de Londres con James Bond...

Rincones de Mayfair y Chelsea, un itinerario por St. James’s Street con los clubes privados, hoteles y casinos que inspiraron al escritor Ian Fleming para las aventuras del inolvidable agente secreto 007.


En el barrio de Mayfair, cerca de Hyde Park y Marble Arch, se entrecruzan los destinos reales o imaginarios del escritor Ian Fleming (1908-1964) y su creación literaria, James Bond, el atlético espía británico. No sorprende comprobar que Bond y Fleming compartían ciertos gustos y experiencias: ambos eran agentes de inteligencia al servicio de Inglaterra, apasionados por el juego, los autos deportivos, las mujeres hermosas y las cosas buenas de la vida. Ambos eran viajeros que saltaban de un sitio a otro del mundo, pero consideraban que Londres era su hogar.
La caminata empieza en la casa natal de Fleming, justo a la vuelta de Marble Arch, en 27 Green Street, una casa de columnas blancas entre las mansiones victorianas de uno de los barrios más prestigiosos. Tanto Fleming como Bond eran socios del Royal Naval Volunteer Reserve’s Club, ubicado en 38 Hill Street. Muy cerca está Berkeley Square, con los lujosos salones concesionarios de autos –Rolls Royce, Bentley– frecuentados por Bond, quien en la película “Moonraker” usa un Bentley.


El mundo de James Bond está vivo en St. James’s Street, que termina justo una cuadra antes de donde empieza Old Bond Street, un nombre evocador, aunque sea por coincidencia. Aquí está el más famoso de los clubes privados para hombres, “White’s” (en los números 37 y 38 de St. Jame’s Street). Entre sus asiduos visitantes estaban Fleming, el príncipe Carlos de Inglaterra y el actor David Niven, que era el preferido de Fleming para interpretar a su personaje. Se sabe, Niven rechazó el papel cinematorgáfico y Sean Connery se hizo famoso. Luego de Connery, Bond fue interpretado por George Lazenby, Roger Moore, Timothy Dalton, Pierce Brosnan y Daniel Craig.


Frente al club, en 50 St. James’s Street, está el edificio gris y cerrado de un casino que fue célebre por sus aristocráticos jugadores e inspiró a Fleming para su primera novela, “Casino Royale”. Al lado del club “White’s” está la Beretta Gallery –una sala de exposiciones de la fábrica italiana de armas Beretta– donde Bond eligió su pistola Beretta 418.
Si el viajero camina hacia el sur, en 28 St. James’s Street se encontrará con “Boodles”, el segundo “gentlemen’s club” más antiguo del mundo. Fleming era socio de “Boodles”, que le inspiró un cóctel hecho con gin y también un club imaginario, “Blades”, que aparece en la novela “Moonraker”. El escritor dedicó cuatro capítulos de ese libro a narrar una complicada partida de bridge –que transcurre en “Blades”– con un siniestro tramposo, Hugo Drax. No es posible acceder a “Boodles” –el club real– a menos que uno sea socio. Pero se puede curiosear en el edificio de ladrillos rojos y sus ambientes alfombrados lo suficiente para admitir la ficción que propone Fleming.


Otra manera de acercarse al mundo de James Bond es beber lo que él tomaba, en el bar del hotel donde –según la leyenda– nació el famoso “Vesper Martini”. El hotel se llama “Duke’s”, está en la categoría cinco estrellas –cobra unos 400 dólares la noche– y funciona en 35 y 36 St. James’s Place, cerca de King Street. El hotel tiene un siglo de antigüedad y todo en este edificio es añejo.
Bond se habría sentido “en casa” entre los mozos del bar del hotel “Duke’s”, vestidos con chaquetas blancas. Las sillas tapizadas de terciopelo y la clientela elegante tienen un toque evocador de la década de 1950. El bar está junto al lobby. Hay que evitar la tentación de pedir un “Miss Moneypenny Martini”, porque más bien hace pensar en un “Margarita”. Lo correcto es pedirle al barman un “Ian Fleming’s Classic Vesper”, que se prepara a la vista, en un carrito con todos los ingredientes necesarios. La receta de este cóctel cambió un poco desde que Fleming frecuentaba el bar –algunos ingredientes ya no se elaboran más– pero lo básico sigue allí: vodka, gin, bitter, un vino aperitivo y cáscaras de limón.
La leyenda dice que Fleming estaba buscando un cóctel que funcionara como símbolo de identidad para Bond. El barman de aquella época recomendó esta versión del Martini y el método de preparación “sin agitarlo ni revolverlo”. El nombre de esta bebida evoca a Vesper Lynd, un personaje de “Casino Royale”.
Si se trata de comer, el lugar es el restaurante “Scott’s” en 20 Mount Street. Era el favorito de Fleming por sus platos de cocina marinera: ostras, caviar ruso y arenques ahumados. Un plato de ostras puede costar más de cien dólares, pero éste era el lugar donde Bond almorzaba –según cuenta Fleming– para ver algunas mujeres de curvas generosas.
Para los fanáticos del espía queda “The Bond Room” en Planet Hollywood –en los números 57 y 60 de Haymarket– donde se pueden ver objetos de algunas películas inspiradas en la saga de Fleming. Allí están las pistolas Walther PPK del espía. Y el inolvidable bikini usado por Ursula Andress en el filme “El satánico Dr. No”. En el Imperial War Museum se exhiben algunos artefactos de los servicios de inteligencia británicos –máquinas encriptadoras, tinta para mensajes invisibles, microfilms–bajo el título “The secret wars”. Aquí un video recuerda los filmes de Bond.
Fuente: Diario Clarín, marzo de 2011.

martes, 1 de marzo de 2011

Apagá la luz, encendé el futuro

Por cuarto año consecutivo, apoyamos la convocatoria que realiza la Fundación Vida Silvestre y la Organización Mundial de Conservación (WWF), a individuos, empresas y gobiernos a apagar las luces por una hora, el próximo sábado 26 de marzo a las 20.30 horas, en una acción simbólica contra el cambio climático, y a unirse a la iniciativa ingresando en http://www.vidasilvestre.org.ar/lhp/registrate/




La Ciudad Autónoma de Buenos Aires se unirá a La Hora del Planeta apagando monumentos y edificios emblemáticos como El Obelisco. A su vez, Gualeguaychú, Rosario y San Fernando del Valle de Catamarca, entre otras ciudades, también confirmaron su adhesión.

APSA Centros Comerciales S.A (Paseo Alcorta, Alto Palermo, Patio Bullrich, Bs As Design, Dot Baires, Abasto Shopping, Alto Avellaneda, Alto Noa, Alto Rosario, Córdoba Shopping Villa Cabrera y Mendoza Plaza Shopping), Coca Cola de Argentina y McDonalds son los socios auspiciantes de la campaña, que se sumarán apagando las luces de sus marquesinas y difundiendo la iniciativa entre sus clientes, proveedores y empleados.

“El cambio climático ya está afectando, en diferentes regiones del mundo, no sólo a las especies silvestres -donde se estima que un 35% de las especies terrestres podrían extinguirse para el año 2050-, sino también a las propias actividades humanas, incrementando el riesgo de inundaciones en áreas costeras, o acentuando las sequías o exceso de agua con su consecuente impacto sobre el rendimiento de la producción agropecuaria”, sostiene Diego Moreno, Director General de la Fundación Vida Silvestre Argentina. Y, concluye: “Todos podemos hacer algo para mitigar los impactos del cambio climático: como individuos, cambiando nuestros hábitos de consumo y exigiendo a los gobiernos que tomen medidas concretas y urgentes; las empresas, adoptando buenas prácticas ambientales en las actividades productivas, de consumo y provisión de servicios, y los gobiernos legislando y fiscalizando para proteger los recursos naturales”.

La Hora del Planeta busca lograr un compromiso para encontrar soluciones al cambio climático, demostrando que juntos, cada uno de nosotros puede dar una señal positiva para hacerle frente al calentamiento global. Surgió en Sydney, Australia, durante el año 2007 y convocó a dos millones de personas. Cuatro años después, en 2010, ciudadanos de 128 países de todos los continentes apagaron sus luces; más de 1300 monumentos y edificios emblemáticos se oscurecieron como, la Ópera en Sidney, el City Hall en Londres, el Empire State en Nueva York, la Torre Eiffel en París y el Obelisco en Buenos Aires; al menos, 1.475.687 personas de 205 países visitaron la página www.earthhour.org ese día, y Google marcó 74.6 millones de menciones sobre La Hora del Planeta esa noche.

Para más información: www.vidasilvestre.org.ar/lhp

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