Rincones de Mayfair y Chelsea, un itinerario por St. James’s Street con los clubes privados, hoteles y casinos que inspiraron al escritor Ian Fleming para las aventuras del inolvidable agente secreto 007.
En el barrio de Mayfair, cerca de Hyde Park y Marble Arch, se entrecruzan los destinos reales o imaginarios del escritor Ian Fleming (1908-1964) y su creación literaria, James Bond, el atlético espía británico. No sorprende comprobar que Bond y Fleming compartían ciertos gustos y experiencias: ambos eran agentes de inteligencia al servicio de Inglaterra, apasionados por el juego, los autos deportivos, las mujeres hermosas y las cosas buenas de la vida. Ambos eran viajeros que saltaban de un sitio a otro del mundo, pero consideraban que Londres era su hogar.
La caminata empieza en la casa natal de Fleming, justo a la vuelta de Marble Arch, en 27 Green Street, una casa de columnas blancas entre las mansiones victorianas de uno de los barrios más prestigiosos. Tanto Fleming como Bond eran socios del Royal Naval Volunteer Reserve’s Club, ubicado en 38 Hill Street. Muy cerca está Berkeley Square, con los lujosos salones concesionarios de autos –Rolls Royce, Bentley– frecuentados por Bond, quien en la película “Moonraker” usa un Bentley.
El mundo de James Bond está vivo en St. James’s Street, que termina justo una cuadra antes de donde empieza Old Bond Street, un nombre evocador, aunque sea por coincidencia. Aquí está el más famoso de los clubes privados para hombres, “White’s” (en los números 37 y 38 de St. Jame’s Street). Entre sus asiduos visitantes estaban Fleming, el príncipe Carlos de Inglaterra y el actor David Niven, que era el preferido de Fleming para interpretar a su personaje. Se sabe, Niven rechazó el papel cinematorgáfico y Sean Connery se hizo famoso. Luego de Connery, Bond fue interpretado por George Lazenby, Roger Moore, Timothy Dalton, Pierce Brosnan y Daniel Craig.
Frente al club, en 50 St. James’s Street, está el edificio gris y cerrado de un casino que fue célebre por sus aristocráticos jugadores e inspiró a Fleming para su primera novela, “Casino Royale”. Al lado del club “White’s” está la Beretta Gallery –una sala de exposiciones de la fábrica italiana de armas Beretta– donde Bond eligió su pistola Beretta 418.
Si el viajero camina hacia el sur, en 28 St. James’s Street se encontrará con “Boodles”, el segundo “gentlemen’s club” más antiguo del mundo. Fleming era socio de “Boodles”, que le inspiró un cóctel hecho con gin y también un club imaginario, “Blades”, que aparece en la novela “Moonraker”. El escritor dedicó cuatro capítulos de ese libro a narrar una complicada partida de bridge –que transcurre en “Blades”– con un siniestro tramposo, Hugo Drax. No es posible acceder a “Boodles” –el club real– a menos que uno sea socio. Pero se puede curiosear en el edificio de ladrillos rojos y sus ambientes alfombrados lo suficiente para admitir la ficción que propone Fleming.
Otra manera de acercarse al mundo de James Bond es beber lo que él tomaba, en el bar del hotel donde –según la leyenda– nació el famoso “Vesper Martini”. El hotel se llama “Duke’s”, está en la categoría cinco estrellas –cobra unos 400 dólares la noche– y funciona en 35 y 36 St. James’s Place, cerca de King Street. El hotel tiene un siglo de antigüedad y todo en este edificio es añejo.
Bond se habría sentido “en casa” entre los mozos del bar del hotel “Duke’s”, vestidos con chaquetas blancas. Las sillas tapizadas de terciopelo y la clientela elegante tienen un toque evocador de la década de 1950. El bar está junto al lobby. Hay que evitar la tentación de pedir un “Miss Moneypenny Martini”, porque más bien hace pensar en un “Margarita”. Lo correcto es pedirle al barman un “Ian Fleming’s Classic Vesper”, que se prepara a la vista, en un carrito con todos los ingredientes necesarios. La receta de este cóctel cambió un poco desde que Fleming frecuentaba el bar –algunos ingredientes ya no se elaboran más– pero lo básico sigue allí: vodka, gin, bitter, un vino aperitivo y cáscaras de limón.
La leyenda dice que Fleming estaba buscando un cóctel que funcionara como símbolo de identidad para Bond. El barman de aquella época recomendó esta versión del Martini y el método de preparación “sin agitarlo ni revolverlo”. El nombre de esta bebida evoca a Vesper Lynd, un personaje de “Casino Royale”.
Si se trata de comer, el lugar es el restaurante “Scott’s” en 20 Mount Street. Era el favorito de Fleming por sus platos de cocina marinera: ostras, caviar ruso y arenques ahumados. Un plato de ostras puede costar más de cien dólares, pero éste era el lugar donde Bond almorzaba –según cuenta Fleming– para ver algunas mujeres de curvas generosas.
Para los fanáticos del espía queda “The Bond Room” en Planet Hollywood –en los números 57 y 60 de Haymarket– donde se pueden ver objetos de algunas películas inspiradas en la saga de Fleming. Allí están las pistolas Walther PPK del espía. Y el inolvidable bikini usado por Ursula Andress en el filme “El satánico Dr. No”. En el Imperial War Museum se exhiben algunos artefactos de los servicios de inteligencia británicos –máquinas encriptadoras, tinta para mensajes invisibles, microfilms–bajo el título “The secret wars”. Aquí un video recuerda los filmes de Bond.
Fuente: Diario Clarín, marzo de 2011.
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