BERLIN.- Todo está listo, y por la ciudad la atmósfera es bulliciosa.La ciudad recibirá a grandes figuras mundiales de la política y el espectáculo
De U2 a Daniel Barenboim, pasando por Mikhail Gorbachov y otros 17 premios Nobel de la Paz, hasta Hillary Clinton, Nicolas Sarkozy y, naturalmente, Angela Merkel: todo el mundo del espectáculo y la política se reunirá por estos días en Berlín, donde el telón está a punto de levantarse para las celebraciones por los 20 años de la caída del Muro, que tendrán su momento culminante el próximo 9 de noviembre en la Puerta de Brandeburgo, con la Fiesta de la Libertad.
El hilo conductor de las celebraciones será la ya célebre "acción dominó": 1000 prismas gigantes distribuidos por donde pasaba el Muro serán derribados de manera simbólica por la tarde, en un recorrido de alrededor de un kilómetro.
No se trata de piezas cualesquiera, sino de que muchas de ellas proceden de otra iniciativa, la Mauerreise (El viaje del Muro), que antes de volver a Berlín dieron vueltas por el mundo en lugares donde siguen existiendo barreras (o acaban de derribarse), como Corea del Norte, Israel, el territorio palestino, Chipre, Yemen y México, países en los que fueron decoradas por estudiantes, antes de volver a Berlín.
El director argentino-israelí Daniel Barenboim y la orquesta Staatskapelle iniciarán los festejos con un concierto a las 17, que será animado durante la tarde por Thomas Gottschalk, uno de los presentadores estrella de la televisión alemana.
Un escenario montado justo delante de la Puerta de Brandeburgo, con pantallas laterales a la manera de los espectáculos de rock, será el lugar desde donde se celebrará la verdadera fiesta. Ya tienen asientos asegurados los líderes de Rusia, Gran Bretaña, Francia; la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, y dos de los protagonistas del fin de la Guerra Fría: Lech Walesa y Mikhail Gorbachov.
De U2 a Daniel Barenboim, pasando por Mikhail Gorbachov y otros 17 premios Nobel de la Paz, hasta Hillary Clinton, Nicolas Sarkozy y, naturalmente, Angela Merkel: todo el mundo del espectáculo y la política se reunirá por estos días en Berlín, donde el telón está a punto de levantarse para las celebraciones por los 20 años de la caída del Muro, que tendrán su momento culminante el próximo 9 de noviembre en la Puerta de Brandeburgo, con la Fiesta de la Libertad.
El hilo conductor de las celebraciones será la ya célebre "acción dominó": 1000 prismas gigantes distribuidos por donde pasaba el Muro serán derribados de manera simbólica por la tarde, en un recorrido de alrededor de un kilómetro.
No se trata de piezas cualesquiera, sino de que muchas de ellas proceden de otra iniciativa, la Mauerreise (El viaje del Muro), que antes de volver a Berlín dieron vueltas por el mundo en lugares donde siguen existiendo barreras (o acaban de derribarse), como Corea del Norte, Israel, el territorio palestino, Chipre, Yemen y México, países en los que fueron decoradas por estudiantes, antes de volver a Berlín.
El director argentino-israelí Daniel Barenboim y la orquesta Staatskapelle iniciarán los festejos con un concierto a las 17, que será animado durante la tarde por Thomas Gottschalk, uno de los presentadores estrella de la televisión alemana.
Un escenario montado justo delante de la Puerta de Brandeburgo, con pantallas laterales a la manera de los espectáculos de rock, será el lugar desde donde se celebrará la verdadera fiesta. Ya tienen asientos asegurados los líderes de Rusia, Gran Bretaña, Francia; la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, y dos de los protagonistas del fin de la Guerra Fría: Lech Walesa y Mikhail Gorbachov.
Walesa, ex presidente de Polonia, será quien empuje la primera pieza del dominó muro. La caída de las piezas se interrumpirá dos veces, en dos "momentos de reflexión" en que se recordarán las etapas decisivas de ese 9 de noviembre.
Habrá música y discursos. Gorbachov, por entonces presidente de la Unión Soviética, y el ex ministro de Relaciones Exteriores de Alemania occidental, Hans Dietrich Genscher, hablarán sobre lo que ocurrió en los salones de gobierno, aquel día, cuando el mundo cambió, hace 20 años.
Recitales
La caída del último prisma coincidirá exactamente con el arranque del concierto de Paul van Dyk, recientemente elegido el mejor DJ del mundo, quien llevará a bailar a todos los amantes de la electrónica. También habrán fuegos artificiales y las actuaciones de otras estrellas del pop, como Jon Bon Jovi.
Mientras, U2, que se encuentra en Berlín por los MTV Music Awards, anunció que ofrecerá un concierto gratis en homenaje a la ciudad el jueves. No se excluye que otras estrellas, como Jay-Z, hagan apariciones sorpresa durante el evento, ya que también se encuentran en la ciudad por los premios de MTV.
Sin embargo, la gran fiesta final ha sido anticipada a lo largo de todo el año por exposiciones, debates y espectáculos en la capital, como en el resto de Alemania. Cabe destacar la exposición de fotografía al aire libre, que ha sido instalada en la Alexanderplatz, que recuerda la revolución pacífica en sus momentos más significativos.
La evolución de la ciudad de Berlín en estos 20 años es el tema de otra exposición en la Hauptbanhof, la Estación Central. Lo que ha hecho fascinante a Berlín durante estos últimos 20 años es que la mitad de la ciudad estuvo durante un tiempo prácticamente sin dueño y sirvió largamente como una suerte de gigantesco y anárquico parque de diversiones en medio de uno de los países más ricos y disciplinados del mundo. Jóvenes de todo el planeta llegaron a la ciudad en aquella época de oro, que funcionó como laboratorio creativo.
"Gente del mundo, miren a Berlín, donde un muro cayó, un continente se unió y la historia probó que no hay reto demasiado grande para un mundo que actúa unido", dijo Barack Obama, todavía candidato a la presidencia de Estados Unidos, en su ya célebre discurso de Berlín, el año pasado. Todos los ojos mirarán hacia Berlín, convertida, por un día, en un símbolo internacional de paz.
Por Laura Lucchini para La Nacion, Sábado 31 de Octubre de 2009.
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