sábado, 31 de octubre de 2009
viernes, 30 de octubre de 2009
Café Las Violetas... un lugar para descubrir...!
La historia nos cuenta que en la ciudad de Buenos Aires, fundada dos veces junto al Río de la Plata, creció de espaldas a él y sufrió los mismos cambios y vaivenes que su política. Algunos edificios fueron demolidos y reconstruidos hasta tres veces (entre ellos el Teatro Colón y la Casa de Gobierno) con otros cánones edilicios que primero fueron coloniales, luego itálicos y por ultimo franceses, esto a comienzos del siglo XX según las ideas de los arquitectos de las escuelas francesas, entusiasmados por los dictados de la Ecole de Beaux Arts de París que construyeron los grandes boulevares y edificios de esa ciudad.
La avenida Rivadavia, camino de carretas, unía la Plaza de Mayo con el oeste lejano hacia Flores. Durante la epidemia de fiebre amarilla en 1870 la gente de clase pudiente buscó refugio en las zonas altas, entre ellas Flores, lugar de veraneo, unida a la ciudad por el Ferrocarril Oeste. En 1876 la compañía Anglo Argentina construyó en esa calle Rivadavia uno de los primeros tranvías a caballo.
La prosperidad económica de la década de 1880 produjo una enorme expansión de la ciudad y sus alrededores. Florecieron los nuevos edificios, los negocios. La ciudad quiere dejar de ser “la gran aldea”.
Aunque la esquina de Medrano y Rivadavia está a sólo 4 Km. de la Plaza de Mayo, era un lugar “donde el diablo perdió el poncho”.
Allí se instaló una confitería, con doradas arañas y mármoles italianos. El día de la inauguración, un 21 de Septiembre de 1884, hasta el ministro Carlos Pellegrini, futuro presidente del país, se hizo presente transportado por un tranvía especial acompañado por muchos de sus distinguidos amigos. Sus mesas fueron lugar de encuentro de artistas y escritores entre ellos Roberto Arlt y politicos de la época.
Pero es alrededor de la década de 1920 cuando se construyó el actual edificio. Con sus vidrieras y puertas de vidrios curvos, sus vitrales franceses y sus pisos de mármol italiano. Los vitrales restaurados fueron concebidos para adornar y alegrar el ambiente grato de un café de aquellos tiempos, donde la gente iba a pasar momentos de esparcimiento en un ámbito selecto.
El edificio fue declarado “Lugar histórico de la Ciudad” en 1998 por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires. Durante varios años antes de la actual restauración el lugar permaneció cerrado y semiabandonado. La restauración del edificio, sus componentes y los vitrales comenzó en Enero de 2001, y terminó en Junio.
Ireneo Legisamo
Cuenta la leyenda que una tarde, como habitualmente lo hacía, llega el famoso Irineo Leguisamo a Las Violetas. Al acercarse el mozo, el jockey le consulta acerca de tortas y confituras. Como Leguisamo mostraba una especial predilección por el dulce de leche, el maestro pastelero de entonces, hábil profesional y fanático del turf, tiene la gran idea: inventa una torta en homenaje al maestro.
Y para que la historia no olvide este capítulo, la bautizó con su apellido.
Conozca el secreto de "Leguisamo". Estos son sus ingredientes: Base de pionono con dulce de leche, merengue, marrón glacé, crema de almendras y hojaldre con cobertura de fondán y chocolate. Con tanta dulzura adentro, ¿cómo no iba a ser famoso?
Pascual Contursi
Los antiguos dueños de la confitería "Las Violetas", en el tiempo en que el poeta-cantor Pascual Contursi y el pianista-compositor José Martinez se reunían junto a otros amigos, eran Enrique Costa y Julio Roca.
Pascual Contursi y José Martinez, que ya tenían en su autoría el tango “De vuelta al bulín”, compusieron el tango “Ivette”. Por deudas que tenían con los dueños del local, les hicieron firmar la parte de la música. En la mayoría de las ediciones figuran Enrique Costa y Julio Roca como compositores musicales de este tango.
Carlos Pellegrini
En el alejado barrio de Almagro, zona de quintas allá por 1880, abrió sus puertas un solar que poseía inequívocas señales de refinada distinción. El revuelo no fue menor. Elegantes carruajes con curiosos aristócratas llegaban hasta las puertas del suntuoso y flamante local.
Cuenta la historia que el mismo Carlos Pellegrini, de rigurosa galera, capa y bastón, asistió gustoso a la inauguración.
El 21 de Septiembre de 1884 nacía en Buenos Aires la confiteria Las Violetas...
Material: lasvioletas.com
jueves, 29 de octubre de 2009
Festival de Cine de Mar del Plata....
La génesis del mismo tuvo lugar en 1954, cuando la Subsecretaría de Información de la Presidencia de la Nación realizó la Primera Muestra Cinematográfica de Cine en la ciudad de Mar del Plata.
Allí se exhibieron las más importantes y recientes producciones internacionales de la época, entre ellas: Pane, amore e fantasia / Pan, amor y fantasía, de Vittorio de Sica (Italia); La ilusión viaja en tranvía, de Luís Buñuel (México); The Glenn Miller Story / Música y lágrimas, de Anthony Mann (USA); Sommarlek / Juventud divino tesoro, de Ingmar Bergman (Suecia) y Fröken Julie / La Señorita Julia, de Alf Sjöberg (Suecia).
De Hollywood asistieron Errol Flynn, Mary Pickford, Joan Fontaine, Claire Trevor, Edward G. Robinson, Fred MacMurray, Ann Miller, Walter Pidgeon y Jeannette McDonald. De Francia llegaron Viviane Romance y Jeanne Moreau; de Italia Gina Lollobrigida, Isa Miranda, Lucía Bosé y Alberto Sordi; de Gran Bretaña Trevor Howard; de España Fernando Fernán Gómez, Aurora Bautista y Ana Mariscal. Además como invitados especiales llegaron de Alemania, Lil Dagover, actriz de Das Cabinet des Dr. Caligari / El gabinete del Dr. Caligari, de Robert Wiene y de Canadá Norman McLaren.
Tommy Lee Jones
Este acontecimiento despertó un creciente interés dentro del ambiente intelectual y cinematográfico en crear un festival de cine argentino, a partir del cual se pudiera no sólo tomar contacto con las cinematografías consagradas, sino también con las vanguardias cinematográficas de todo el mundo, respondiendo de este modo al alto nivel cultural y de exigencia de nuestro público.
Este anhelo se vio concretado en 1959, cuando la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina logró que la FIAPF le otorgara al Festival Cinematográfico Internacional de Mar de Plata la categoría "A".
Desde entonces, se realizaron, hasta 1970, diez ediciones. Una de ellas, la de 1964, en la ciudad de Buenos Aires y luego, en 1967 y 1969, se alternó con el Festival de Río de Janeiro.
Estos festivales fueron los acontecimientos culturales-cinematográficos más importantes de la época. Las cinematografías europeas estuvieron representadas, entre otras, por la Nouvelle Vague francesa, el joven cine polaco, el más destacado cine checoslovaco, el mejor realismo italiano y la irrupción de Ingman Bergman y la cinematografía sueca, además de la excelencia del cine inglés. De Estados Unidos llegaron películas que por su alto nivel temático, técnico y actoral fueron premiados en diversas ocasiones.
Además de la Competencia Oficial, se exhibieron importantes films fuera de concurso y se realizaron diversas muestras informativas; pero uno de los mayores atractivos entre los periodistas y cineastas, fue el rico intercambio de las nuevas tendencias cinematográficas, que tuvo lugar en las reuniones con teóricos de todas las latitudes.
Fueron innumerables las personalidades internacionales que concurrieron. En una apretada síntesis se puede mencionar a Paul Newman (quien fue galardonado en 1962 como Mejor Actor), Vittorio Gassman, Alberto Sordi, Jean Paul Belmondo, Anthony Perkins, Ugo Tognazzi, Maria Callas, Maria Schell, Marie Laforet, Harriet Andersson, George Hamilton, Tom Courtenay, Mario Moreno (Cantinflas), François Truffaut, Tony Richardson, Pier Paolo Pasolini, Gilo Pontecorvo, Andrzej Wajda, Edouard Molinaro, Pierre Kast, Karel Reisz, Jacques Tati, Curt Jürgens, Cesare Zavattini, Josef von Sternberg, Alfred Bauer, Abel Gance, Vincent Minelli, Lee Strassberg, Andrzej Munk, James Mason, Maximilian Schell, Catherine Spaak, Tomas Milian, Ettore Scola, John Gavin, y Jerzy Passendorfer, entre muchos otros.
Luego de 26 años, en los que el festival no se realizó por diversas razones, el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, INCAA, tomó la iniciativa de gestionar ante la FIAPF, el reingreso de Argentina al circuito de festivales internacionales de cine que regula ese organismo internacional. Así fue como se inició en 1996 la segunda etapa del Festival Internacional de Cine en Mar del Plata. Las ediciones se han realizado desde entonces en forma ininterrumpida, con cambios de fecha en dos oportunidades; entre noviembre de 1999 y marzo de 2001 y la 23º edición, que volvió a la fecha de noviembre.
De este modo, el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata vuelve a ser un acontecimiento artístico cultural al que concurren cineastas, actores, productores, inversores, guionistas, periodistas e integrantes de otros rubros técnicos del cine de todo el mundo, así como también se convierte en la cita obligada de los que componen la cinematografía argentina, de todas las tendencias y generaciones.
Participan además, de forma activa, los alumnos de las carreras de cine de todo el país, con el fin de obtener nuevos e importantes conocimientos, y vivir la experiencia de una fiesta cinematográfica única.
El Festival de Cine es el encuentro anual entre el público y las cinematografías tradicionales y vanguardistas que se presentan en las diversas secciones paralelas
Desde 1996 hasta su última edición en 2008, han concurrido al festival, entre muchas otras personalidades extranjeras, Gina Lollobrigida, a quien se le rindió un homenaje por haber sido la figura más popular que había concurrido al primer festival en 1954, Jacqueline Bisset, Elsa Martinelli, Raquel Welch, Renee Zellweger, Francisco Rabal, Amparo Soler Leal, Lina Wertmüller, Percy Adlon, Arturo Ripstein, Pilar Miro, Dino Risi, Alfonso Arau, Antonio Ferrandiz, Abbas Kiarostami, Maria Grazia Cucinotta, Catherine Deneuve, Geraldine Chaplin, Sonia Braga, Emily Watson, Julie Delpy, Nikita Mijalkov, Sally Potter, Alex de la Iglesia, Liv Ullman, Jeremy Irons, Alan Rickman, Philip Noyce, Istvan Szabo, Gerard Depardieu, Volker Schlödorff, María de Medeiros, Helen Mirren, Vittorio Taviani, Mario Monicelli, Hanna Schygula, Kathleen Turner, Héctor Babenco, Ken Russell, Bob Rafelson, Norman Jewison, Susan Seidelman, Susan Sarandon, Tim Robbins, Krzystof Zanussi, Michael Winterbotton, Abel Ferrara y Juliette Binoche.
Teniendo como marco la bella ciudad de Mar del Plata, que combina un estilo arquitectónico tradicional de principio de siglo, con modernos edificios y kilómetros de anchas playas, el Festival ofrece a los visitantes, una extensa y profunda mirada al universo cinematográfico, reflejada en varias competencias, secciones paralelas, retrospectivas y homenajes.
Más información:www.mardelplatafilmfest.com
miércoles, 28 de octubre de 2009
Salta...sorprendente y linda..!
Para espíritus aventureros, salinas y volcanes en un circuito por la Puna tan poco transitado como sorprendente ...
Tapizada por volcanes y salares, abrazada por los Andes, la Puna salteña, uno de los circuitos menos conocidos de la provincia, ofrece deslumbrantes paisajes.
Punto de partida, San Antonio de los Cobres; destino final, Tolar Grande. El antiguo pueblo de tradición minera sigue igual, con sus casas dispersas y una calle principal donde encontrar sencillos comedores y albergues, con la omnipresencia del viento que tiñe de oscuro los rostros de los lugareños de raíz colla. El último toque de confort antes de emprender el viaje será en la Hostería de las Nubes, con gran mayoría de huéspedes europeos, que no se sabe cómo llegan hasta aquí con tanta información. Algunos esperan el guía con vehículo que contrataron en Salta; otros se largarán, mapa en mano, a la aventura en su propia camioneta.
Liliana Morales trabaja en la Municipalidad y acaba de terminar sus estudios de turismo. Es la guía ideal. Como buena nativa de la zona sabe mil y un datos que sazonan el trayecto de 187 kilómetros. Con equipo apropiado de abrigo, zapatos de trekking, traje de baño, protección solar y cámaras fotográficas, previo aprovisionamiento de combustible y agua y puesta a punto del vehículo, se sale a la ruta 129, un camino de tierra bien mantenido que se va internando en los paisajes de la Puna.
Aparecen entonces los característicos cerros aterciopelados de distintas tonalidades. Y, a la vera del camino, brillantes espejos de los chorrillos de las vertientes congeladas. Corrales de pirca y algún pastor con sus burritos con coloridos pompones en las orejas, igual que las llamas que se ven de tanto en tanto y le dan un toque pintoresco a esas inmensas soledades.
Arriba y abajo
La ruta trepa hasta los 4600 metros en Abra del Gallo. En el descenso se observa a lo lejos el nevado de Quewa, una zona que conserva antiguos caseríos, como Santa Rosa de los Pastos, donde se puede visitar el criadero experimental de altura de vicuñas Agua Dulce, donde espera Fausto Morales, padre de Liliana, nuestra acompañante. Y la casa de Aurora Vega, que abre sus puertas para los viajeros que quieran compartir en la mesa familiar cocina casera.
Todo esto, antes o después de visitar el gran salar de la zona, primero de una sucesión de ellos que, como cuentas de un refulgente collar, caracterizan la región. El de Arizaro, en particular, es el más grande del país, con deslumbrante blancura y geométricos dibujos bajo el intenso azul del cielo puneño.
La ruta sigue su curso y aparece Pocitos, poblado disperso de casas de adobe y piedras volcánicas, algunas de la época de la construcción del ramal C 14 del ferrocarril Belgrano, tenue signo de vida en esas sequedades donde su salar, el segundo más grande de la provincia, aparece de improviso junto al pueblo.
A partir de aquí se empalma con la RP 27, un camino consolidado que se interna en el desierto de la Puna, cada vez más impactante, especialmente cuando se acerca a Siete Curvas, uno de los platos fuertes del viaje. Formaciones de tonos rosados son el preámbulo hasta llegar al descomunal sitio, un extraordinario panorama orlado de cantidad de picos, todo teñido de un colorado intenso y de una belleza que quita el aliento. Cerca está el Salar del Diablo con asombrosas formaciones pétreas. Y desde Abra del Navarro, la ruta desciende hacia Tolar Grande.
Refugio en francés
El pequeño poblado de Tolar Grande es el portal hacia una variedad de excursiones de aventura. Fundado alrededor de la estación del ferrocarril Belgrano, en lejanas épocas de auge de la actividad minera, conserva el aire puneño y las tradiciones como la fiesta patronal del 8 de diciembre y el Carnaval con un encuentro de comparsas de la zona. De agradable clima casi todo el año, excepto una corta temporada de vientos y nieve, garantiza 10 meses sin temperaturas extremas. En el pueblo, donde no hay estación de servicio, pero sí provisión de nafta y gasoil, está Afapuna, el Refugio Franco Argentino, construido con apoyo de la embajada de Francia. El edificio puede albergar hasta 40 pasajeros en dos sectores: uno para hombres y otro para mujeres, con camas cucheta de impecables sábanas que Marta, la encargada del lugar, se ocupa de cambiar puntualmente todos los días. Tiene baños comunitarios con agua caliente y calefacción, un salón de reuniones y una cocina bien equipada para quien quiera hacer su comida con provisiones del almacén del pueblo.
En general, los viajeros prefieren comer en alguna de las casas que brindan una cocina casera, un churrasco, una milanesa a la napolitana con ensalada o una sopa de verduras. Aunque el tema de la altura puede incidir bastante en el apetito.
La región, además de espectaculares paisajes, cuenta con lugares de interés natural, geológico y arqueológico con testimonios del pasado prehispánico. En el trayecto hacia El Mirador, por ejemplo, hay cerros de sal y bancos de yeso. Y al final, desde las alturas, una impactante vista del salar de Arizaro, rodeado por los volcanes de Socompa, Arizaro, Huanaquero, Macón y otros, con el descollante Llullaillaco, uno de los más altos del mundo. En su cumbre, de 6739 metros sobre el nivel del mar, se descubrió el santuario donde fueron halladas las momias de Los Niños del Llullaillaco, que se pueden apreciar en el Museo de Altura de Salta.
Túnel del Hombre Muerto
Otro paseo también a pocos kilómetros, pero que toma dos horas en llegar, es Agua de Carancho y Ojo de Mar. A lo largo del camino aparecen manantiales de agua dulce y se hacen caminatas sobre el salar hasta llegar a Ojo de Mar, una de las grandes ollas de agua salada de brillante coloración que vira según el reflejo del sol hasta el turquesa. Allí se puede flotar sin esfuerzo, mirando el cielo azul intenso de la Puna.
Hacia el Sudoeste, a 13 kilómetros del poblado se encuentra el Túnel de Hombre Muerto. La excursión se hace en auto y, para los fanáticos del trekking, también caminando (en cuatro horas) hasta llegar a la entrada del túnel de 180 metros. Pura adrenalina: recorrer su interior de cuatro bóvedas y un puente en el centro, con casco y linterna, para internarse en un mundo de estalactitas y rugosas columnas de sal, que crean un umbrío e impactante entorno. Como broche, un viaje a la naturaleza extrema.
A 65 kilómetros de Tolar Grande está la laguna de Santa María. El camino recorre un paisaje de extrema aridez, y trepa hasta los 4000 metros sobre el mar. En el descenso se descubre la incomparable belleza de la laguna con el volcán Incahuasi como telón de fondo, duplicando su silueta sobre las azules aguas donde nadan, caminan y vuelan parinas, patos, gallaretas y cantidad de flamencos rosados. Olvidarse la cámara de fotos en este viaje sería imperdonable...
Por Marta Salinas
Para LA NACION, domingo 18 de Octubre de 2009
martes, 27 de octubre de 2009
Siguiendo los pasos de Darwin...
Una fría tarde del verano de 1833, un grupo de expedicionarios ingleses acampaba frente a un gran ventisquero en pleno corazón del ahora llamado Canal del Beagle. De repente, un fuerte estruendo rompió el silencio mientras un enorme bloque de hielo se desprendía y caía pesadamente sobre el mar. En segundos, una gigantesca ola empezó a desplazarse a mucha velocidad y comenzó a arrastrar lo que encontraba a su paso. Los expedicionarios apenas si atinaron a correr para resguardarse de la furia del agua dejando atrás provisiones, herramientas y hasta los mismos botes, que comenzaron ser arrastrados sin control mar adentro.
Ante la escena, uno de los expedicionarios, llamado Charles Darwin, se tiró al agua helada y comenzó a nadar hacia una de las embarcaciones. Casi exhausto, logró asirla por una cuerda, subirse y salvarla de una pérdida que hubiese sido catastrófica para las aspiraciones de regresar a un lugar seguro. Ese acto de arrojo tuvo su premio: el jefe de la expedición, Robert Fitz Roy, prometió al valiente que le daría su nombre al pico más alto de la zona. Desde entonces, el macizo blanco que se levanta al lado del glaciar Pía se llama monte Darwin.
Es un frío anochecer de octubre de 2009 y estamos a bordo de este crucero chileno que hace la ruta Punta Arenas-Ushuaia. Mientras la tripulación nos recibe en uno de los salones, aparece el capitán Oscar Sheward y toma la palabra: "Queremos darles la bienvenida y los invitamos a que nos acompañen a seguir los pasos de Darwin, Fitz Roy y la tripulación del Beagle por la zona. ¡Que lo disfruten!", dice y da la orden de partida. La nave comienza a moverse lentamente y se adentra en el Estrecho de Magallanes, desandando las primeras millas de la travesía que durante tres días nos llevará a recorrer los fiordos chilenos y a reconstruir parte de la ruta que entre 1831 y 1836, realizó el naturalista inglés.
La excusa: este año se conmemoran dos fechas muy importantes en el calendario darwiniano (ver aparte) y qué mejor que celebrarlas siguiendo los pasos del científico que con su teoría revolucionó la ciencia moderna. Por eso, todo a bordo esta vez está relacionado con Darwin: desde las charlas hasta las excursiones, los libros de la biblioteca y los audiovisuales y películas que se exhiben.
Contacto directo
La primera noche a bordo transcurre plácidamente y para la mañana el Vía Australis está en las proximidades de la Bahía Ainsworth. Mientras los pasajeros se arman de mucho abrigo y con los obligatorios chalecos salvavidas, la tripulación prepara el descenso a tierra para contemplar de cerca el glaciar Marinelli, recorrer parte del bosque fueguino y tener un contacto directo con una pequeña colonia de elefantes marinos que se encuentran en la playa.
"Más que las islas Galápagos, fue en Tierra del Fuego donde Darwin comenzó a idear su teoría y a tomar conciencia de que las historias que había escuchado sobre la evolución no eran tan disparatadas. Lo comprobó no sólo con las especies animales, sino que también comenzó a prestar atención a la geología y al comportamiento de los glaciares." Quien habla es Gerardo Bartolomé, ingeniero e investigador histórico y autor del libro La traición de Darwin. Pero no sólo eso, ya que Bartolomé es un apasionado de la vida de Darwin y quien se encargará de ir contando historias y anécdotas sobre el trajinar del científico inglés por aquí.
Más contacto con la naturaleza propone, por la tarde, el recorrido por las islas Tucker y el canal Gabriel, donde las colonias de aves marinas y de pingüinos magallánicos abundan.
El amanecer de la segunda jornada depara una vista impresionante del brazo noroeste del canal de Beagle y, luego, del canal Ballenero, un estrecho pasaje que representa la costa sur de la isla grande de Tierra del Fuego. Esta zona fue recorrida decenas de veces por los expedicionarios del Beagle, claro que en pequeños botes de remo, ya que la navegación a vela es muy complicada en el lugar. De pronto, en medio de ese abrumador paisaje de picos nevados, aparece imponente el glaciar Pía. La propuesta es desembarcar en sus proximidades y contemplar la enorme masa de hielo que desciende hasta el mar, a pocos metros. A su turno, los pasajeros van llegando a la costa, mientras los guías ofrecen datos para poder apreciar ese helado monumento natural. "Por los colores podemos darnos cuenta de su antigüedad: cuánto más oscuro, más viejo", explica Alvaro mientras el estruendo que produce el desprendimiento de un gran bloque de hielo tapa cualquier comentario. No hacen falta; la belleza del paisaje habla por sí sola, invita al silencio.
Tras el brindis de rigor con buen whisky más hielo del glaciar, es hora de regresar a bordo. Como si la excursión no fuera suficiente, el viaje del Vía Australis continúa y se introduce en esa parte del canal de Beagle denominada Avenida de los Glaciares. Ahí, uno a uno van apareciendo los majestuosos ventisqueros España, Romanche, Roncagli, Alemania, Francia, Italia y Holanda, bautizados así por el sacerdote salesiano Alberto de Agostini, uno de los primeros en hacer un relevamiento.
La última jornada amanece movida. El viento, que en este extremo del mundo sopla sin piedad, apareció en la madrugada y fue subiendo en intensidad hasta dejar un oleaje alto e intenso. Y al llegar frente al mítico Cabo de Hornos, con su geografía desolada, todo parece empeorar. "La verdad es que el desembarco está complicado -comenta al pasar el capitán-. Igual vamos a esperar hasta último momento y haremos todo lo posible para que puedan llegar a tierra", agrega para insuflar un poco de esperanza a la decepción que ronda entre los pasajeros.
Cuando la desilusión parece instalarse, una media hora más tarde el viento parece apiadarse de los viajeros llegados de 16 naciones y decide amainar. Y los ánimos cambian tan rápidamente como el tiempo en esta parte del mundo. De inmediato, un grupo de tripulantes se dirige a tierra para preparar el desembarco, que se producirá poco menos de 20 minutos después.
Ya en tierra el paisaje conmueve. El largo camino que lleva al promontorio en el que se erige la famosa escultura del albatros y que representa la unión de los dos océanos permite tener noción del porqué de la temible fama de este lugar: la escarpada costa es azotada permanentemente por un mar que parece no tener paz nunca, mientras el viento sacude todo lo que encuentra a su paso. No extraña que en la zona se produjeron más de 800 naufragios en todas las épocas y que cuando Darwin, Fitz Roy y compañía anduvieron por aquí, con sus naves, había que ser realmente muy valiente para animarse a surcar estas aguas. De hecho, Fitz Roy pudo bajar sólo una vez y Darwin nunca, ya que cuando estaban a punto de hacerlo se desató un violento temporal que los obligó a refugiarse en las islas Hermite, donde permanecieron varados 21 días sin poder salir. Para el naturalista, no haber tocado tierra en la mítica isla fue siempre una frustración.
Para despedirnos, el Cabo nos tenía reservado algo de su repertorio: en minutos, y como de la nada, el cielo se cierra y descarga un violento temporal con vientos de más de 110 kilómetros y fuertes neviscas que nos obligan a abandonar tierra de manera apresurada antes de que la partida del barco se vuelva impracticable.
Ya a bordo, con chocolate caliente entre las manos, las caras de satisfacción son evidentes y poco importa si el Vía Australis ahora navega permanentemente escorado a estribor o si el golpe de la nevisca lastimó algún rostro. Haber podido desembarcar en el Cabo de Hornos representa, para casi todos, la culminación del viaje, quizá por todo lo que ese confín de tierra antes de la nada representa.
Luego de algunas horas de navegación agitada producto del temporal, el Vía Australis se interna en tranquila bahía Wulaia, escala previa antes de su arribo a Ushuaia. "Wulaia es el lugar Darwin por excelencia -comenta Bartolomé-, y tiene una importancia trascendental en el pensamiento darwiniano, ya que aquí entendió que el hombre es un animal que evolucionó a lo largo del tiempo. La clave fue conocer a los tres indios canoeros que Fitz Roy había llevado a Londres para educarlos luego de su primera expedición para formar con ellos una colonia civilizadora. Darwin comparó la vida de las tribus de canoeros con los tres indios civilizados y comprendió cuán grande era el impacto de la educación en el hombre. De ahí pensó que, sin educación, el hombre no era muy distinto de los demás animales. Uno de estos tres indios Jemmy Button le contó a Darwin que las tribus peleaban unas con otras por los medios de supervivencia cosa que Darwin, en su teoría de la evolución, supuso que pasaba entre todas las especies animales."
El trekking hasta la cima de la colina que corona Wulaia exige unos 45 minutos por un terreno que no está demasiado apto producto de las últimas nevadas y que produce más de un resbalón a varios de los expedicionarios. Sin embargo, llegar a la cima vale la pena: la vista es simplemente maravillosa. Ahí arriba, Manuela, una de las tripulantes, pide hacer un minuto de silencio no sólo para grabar en la memoria el momento y el lugar, sino para agradecer por haber tenido una travesía sin mayores contratiempos.
La tarde va cayendo en mil y un colores y el Vía Australis navega cómodamente y a velocidad crucero hacia el mar de luces que aparece en el horizonte. Después de tres días casi sin contacto humano, Ushuaia aparece adelante rodeada de montañas completamente blancas producto de las últimas nevadas. A bordo, es tiempo de despedidas.
Por Diego Cúneo
Enviado especial por La Nacion, fotos: Soledad Aznares. Nota publicada el Domingo 25 de Octubre de 2009.
lunes, 26 de octubre de 2009
Todos contra el cambio climático...
La iniciativa, organizada por la ONG 350, pretende que los líderes políticos y quienes adoptan decisiones comprendan la necesidad de promover un acuerdo decisivo y medidas efectivas para reducir los niveles de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera a 350 partes por millón (ppm) de los actuales 390 ppm.
La acción que se realizó ayer también tuvo repercusiones en las redes sociales como Facebook y Twitter y busca que en la próxima cumbre sobre el clima en Copenhague, Dinamarca, este pedido sea tomado en cuenta en la agenda política.
Nota publicada en La Nación Domingo,25 de Octubre de 2009
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1190324
sábado, 24 de octubre de 2009
Península de Valdes... naturaleza para admirar. Argentina
Vista en una carta topográfica, la costa nororiental de la provincia de Chubut es árida, extensa, marrón. Salpicada de río y mar. Y más allá, casi cayéndose al Mar Argentino, pugnando por salir hacia la inmensidad oceánica, está ella. Con silueta de ballena atada a la costa por la cola se distingue la península, bautizada Valdés en homenaje a un español que financiaba expediciones a ese paraje inhóspito, allá por el 1800. Dos siglos y poco más tarde, un avión aterriza en su ciudad principal, Puerto Madryn, y el mar se descubre azul profundo, con pequeños puntitos negros y círculos blancos alrededor. Parecen manchas inmóviles, hasta que alguna de ellas alza su aleta posterior y la V se dibuja casi perfecta. Las ballenas dan la bienvenida a su residencia de invierno y primavera, el Golfo Nuevo, a metros de la costa. Pero saludarlas será, aunque haya sido a priori el motivo del viaje, la frutilla de un postre que conviene comerse despacio, desde el fondo de la copa, para descubrir en cada bocado un sabor diferente. Más que conocerse, Valdés se siente. Y no importa cuán aficionado sea uno a la naturaleza: el estado puro en el que aquí se presenta y se mantiene derrite hasta el corazón más urbano.
Ver para creer
Preparar la cámara de fotos, el protector solar, el rompevientos y la capacidad de asombro es el primer paso para encarar una travesía a la península. El área, que abarca 4 mil metros cuadrados de superficie y dibuja una geografía particular –desde su entrada, en el istmo Ameghino, se divisa, detrás de la isla de los Pájaros, la estrechísima separación entre las dos puntas, Quiroga y Buenos Aires– y los dos golfos, Nuevo y San José, que regalan especies marinas, aves y fauna patagónica, todas en feliz armonía y convivencia.
Pero antes de empezar el recorrido, Puerto Madryn es el lugar ideal para adentrarse en el entorno de a poco. Con 100 mil habitantes permanentes, que crecieron especialmente de la mano de la industria del acero, la explotación pesquera y, ahora, del turismo, la ciudad es una mezcla perfecta entre mar y cemento, aventura y comodidad. Ya desde la misma costanera, frente a la avenida principal, es posible avistar ballenas, sin más costo que unos buenos anteojos de sol, el mate y un par de prismáticos, si se puede. Fundada, como el resto de los pueblos del valle del río Chubut concentrados alrededor de Gaiman –a unos 80 kilómetros hacia los Andes–, por colonias de galeses valerosos que llegaron a fines del siglo XIX invitados por el ministro Rawson y el presidente Mitre para poblar el inhóspito territorio. A cambio, obtenían un espacio propio para mantener sus costumbres amenazadas por la hegemonía de la cultura inglesa. Hoy, Madryn ofrece espectáculos espontáneos de ballenas, pero también permite probarse en desafíos como el buceo o el kitesurf, entre otros. Además, su gran valor agregado es el respeto por el entorno. “Nuestra principal preocupación es que el turismo se desarrolle en forma sustentable, en consonancia con el medio ambiente”, dice Mariano Jug, que guía grupos de españoles, franceses e italianos –las tres naciones europeas que más viajeros traen a estas playas– y los acompaña en cada instancia de los secretos de una verdadera sala de partos al aire libre. Además de las ballenas francas australes –cuya población estable, año a año, se calcula en unas 2 mil y crece, según los expertos del centro de interpretación marino Ecocentro, en un siete por ciento anual–, los elefantes y lobos marinos, los pingüinos y hasta las orcas (ver recuadro) vienen hasta estas aguas a parir y educar a sus crías. “Las ballenas eligen el Golfo Nuevo porque, ahí, el mar abraza a la tierra”, dice el guía y uno, antes de empezar el recorrido por el área natural protegida de Valdés, no puede más que anticipar ese encuentro.
Contacto
El mejor lugar para realizar un primer avistaje costero de ballenas está sólo a 19 kilómetros del centro de Madryn. La playa El Doradillo, hacia el norte y camino a la entrada a la península, es un área natural de reproducción y está protegida, también, a nivel municipal. Forma parte de Playa Las Canteras, una extensa costa de ripio con acantilados, donde las ballenas francas australes vienen a aparearse y a enseñar a sus crías –con quienes permanecen más de un año tras su nacimiento– a cazar, comer y defenderse en el agua. Las siete de la mañana parece temprano para horario de vacación, pero vale la pena: antes de que el sol salga por completo, ya se distinguen a escasos metros de la costa las aletas negras, los callos y, si se tiene suerte, la cola erguida de las madres y los hijos, que regalan un espectáculo de nado sincronizado. El silencio es absoluto, salvo por los soplidos que se repiten cada tanto. Cuando se las despide, ya embarga la emoción.
Tomando el camino de la Ruta provincial 4, siempre hacia el norte, se llega a la puerta de entrada de la península. Son 77 kilómetros, pero ya a lo largo del camino se entiende mejor la diversidad, de la que todos –choferes, guías, locales– hablan: aparecen guanacos, corren los choiques y cruzan las maras, liebres patagónicas veloces como pocas. También hay zorros y ovejas, claro. Estamos en Chubut, y la esquila sigue siendo una de las actividades principales de las 56 estancias repartidas por toda la península. Los cielos están surcados por tantas especies de aves que es difícil cuantificar. Eso sí: el birdwatching (o avistaje, en el sentido literal del término) gana en adeptos, deslumbrados por el entorno.
A exactos 77 km. de Puerto Madryn está el Centro de Visitantes Istmo Ameghino. El espacio, que concluye en un mirador alto con vista directa a la Isla de los Pájaros –una reserva natural de aves y fauna marina, sobre el Golfo San José, a la que el hombre no tiene permitido el acceso–, es un muy buen resumen de las particularidades de la región geográfica a la que se está por acceder. Hay detalles históricos, paleontológicos y ecológicos, y su entrada es libre.
Tomando la ruta 3, hacia Punta Norte -el extremo más alto de la península- hay que conocer San Lorenzo. La estancia, donde también se puede almorzar el típico cordero patagónico, es en realidad un área de reserva de pingüinos que se conformó un poco por casualidad: estas aves monogámicas llegan, de a cientos de miles, cada año desde septiembre a rearmar sus madrigueras. Y las hembras eligen dónde les apetece vivir esta temporada, para que sus crías nazcan en el nido de mejor arquitectura. Se puede caminar un circuito demarcado sólo por piedras y ellos están ahí, graznando, peleando o cortejándose. Lo fundamental, dicen quienes acompañan, es tener en cuenta la intangibilidad: es una ley que protege a todas las especies de la zona y que impide acercarse a menos de 100 metros de los animales –en algunos casos– y, por supuesto, tocarlos. Y todos la respetan.
Recorriendo 47 km. más, hacia el sur, se llega a Caleta Valdés. Allí, volver a madrugar tiene una recompensa inesperada: bajo los acantilados, justo en el área denominada Punta Cero, cientos de gigantescos elefantes marinos arman sus harenes –sí: un macho tiene, en promedio, unas 15 hembras preñadas a la vez– y justo cuando clarea el día, un “pequeño” de 180 kilos llega al mundo, ahí frente a los ojos. La madre lo limpia y luego intenta enfriarse ella, tirándose piedritas. El padre no mira al recién nacido: está ocupado peleando con otra mole de 5 mil kilos, como él, que quiere acercarse a sus chicas. A la estancia La Elvira, a pocos metros de allí, se puede volver cabalgando.
Con tanta vida alrededor, sólo queda una cosa más por hacer: la navegación con ballenas en Puerto Pirámides. Para llegar, se atraviesa la estepa enorme que conserva tres salinas, de donde se sacaba el recurso económico principal de la zona a principios del siglo XX. El pueblo, con aire relajado y hippie, creció pero mantiene su encanto: una playa enorme, ideal para veranear; y un mar de seis mareas diarias enmarcado por con unos increíbles acantilados –restingas, se los llama– desde donde salen las embarcaciones autorizadas para el avistaje. Calzarse el chaleco salvavidas naranja y adentrarse en el agua transparente hasta esperar que aparezcan ellas es, claro, esa frutilla tan esperada. Y cuando lo hacen, el corazón estalla de emoción. Pero hay tanto para ver que un solo viaje no alcanza. A Valdés, piensa uno, es obligatorio volver.
Orcas, delfines con mala prensa
Más allá de su silueta esbelta y la asombrosa armonía de sus manchas blancas sobre la lustrosa piel oscura, las orcas encantan. Debe ser por su fama de feroces –en gran parte, gracias a que su nombre en inglés significa “ballena asesina”– o porque saltan, gráciles, en los oceanarios. Pero lo cierto es que, si bien ocupan lo más alto de la pirámide alimenticia del mar (comen toneladas de peces, lobos y hasta elefantes marinos), estos delfines dentados están entre los animales más inteligentes. Y las de Península Valdés son un modelo observado en todo el mundo. A través de 15 años de convivencia ininterrumpida con un grupo específico de orcas, científicos como Roberto “Beto” Bubas han podido determinar que algunas hembras que llegan a estas playas, año tras año, tienen un método de cacería único: después de calcular sus posibilidades, salen de improviso a la playa, atrapan a su presa y se deslizan silenciosamente de vuelta al agua. Y no sólo eso: hay cinco de ellas que, además, entrenan durante meses a sus crías para enseñarles esa técnica.
Tanto interés suscitan, que hasta National Geographic filmó un documental sobre esta verdadera Escuela de cacería, que se estrena este martes 27, a las 21 horas.
Por Clara Fernández Escudero en Diario Perfil Sábado 24 de Octubre 2009.
jueves, 22 de octubre de 2009
Andy Warhol, Mr. América en Buenos Aires
“Todos tienen su propia idea de los Estados Unidos de América; lo que tienen son pedazos de un país imaginario que creen que existe, pero que después no encuentran ahí afuera”. Andy Warhol
Mr. America, la primera gran exposición de Andy Warhol en nuestro país. Organizada en colaboración con el Museo Andy Warhol de Pittsburgh y curada por Philip Larratt-Smith (Toronto, Canadá, 1979), la muestra reúne una selección de más 170 obras que presentan la cultura política y popular de los Estados Unidos a través de los ojos de Warhol. Podrá verse hasta el 22 de febrereo en Malba, Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Av. Figueroa Alcorta 3415)
A modo de retrospectiva, la lista de obras contiene 26 pinturas, 58 grabados, 39 fotografías y 2 instalaciones (Silver Clouds y Cow Wallpaper), además de 44 películas -que se exhibirán en sala y en un ciclo especial en el auditorio-, pertenecientes a diferentes etapas de su producción artística, con un énfasis particular en el período que va de 1961 hasta 1968. Entre otras piezas, se incluyen los célebres retratos de Marilyn, Jackie Kennedy y Mao; la icónica serie de Sopas Campbell; sus autorretratos travestido; los filmes Empire,Blow Job, Outer and Inner Space y una vasta selección de sus “Screen Tests” -3 rollos con 10 retratos cada uno- producidos en su famoso estudio TheFactory.
“En su trayectoria de 1961 a 1968 hay una explosión de creatividad casi sin precedentes, si se piensa que Warhol pasó de la pintura a la serigrafía y de ahí a la grilla seriada, al cine, al arte de instalación, al arte de los medios, a la producción de una banda musical y un show multimedia de luces, a la producción cinematográfica y al comercio capitalista”, cuenta Philip Larratt-Smith, curador de la exposición. “La combinación de fotografía y pintura de la que Warhol fue pionero sigue siendo su innovación técnica más revolucionaria”, agrega.
Esta es la segunda exposición que Malba dedica a Warhol, con una de las inversiones más importantes desde que el museo abrió sus puertas en 2001. La primera fue Andy Warhol. Motion Pictures / Cuadros en movimiento, en septiembre de 2005, que presentó sus célebres "Screen Tests” y un conjunto de films, pertenecientes al acervo del MoMA (The Museum of Modern Art, New York).
Junto a la exposición, Malba editó un catálogo bilingüe español–inglés, de aproximadamente 120 páginas, presentado por Thomas Sokolowski (Director del Museo Andy Warhol de Pittsburgh), con ensayos del curador Philip Larratt-Smith (“Andy Warhol, Mr America”), de la investigadora Ana Longoni (“¿Afinidades pop?”) y una entrevista al artista Guillermo Kuitca realizada por Larratt-Smith. Además, la publicación incluye la reproducción color de una selección de obras incluidas en la muestra.
Andy Warhol, Mr America se presentó primero en el Museo de Arte del Banco de la República en Bogotá (Colombia) del 17 de junio al 21 de septiembre. Ahora podrá verse en Malba, desde el 23 de octubre hasta el 22 de febrero de 2010 y, finalmente, se exhibirá en la Pinacoteca de San Pablo (Brasil) a partir del 20 de marzo.
Warhol como mercancía
Andy Warhol es probablemente el artista internacional más importante e influyente del período de posguerra. Su vida y obra reflejan las tensiones, contradicciones e ideología que definen a los Estados Unidos. Vanguardista y farandulero, igualitario y elitista, integrado y marginal, Warhol poseía una receptividad radical para expandir los límites del arte y redefinir sus significados.
“Empresario experto, Warhol sabía perfectamente qué significa una imagen de producto, una marca. De ahí que ampliara y diversificara su cartera para aumentar el valor total de su franquicia, que era su fama. Usaba la propia imagen para establecer las coordenadas de la recepción de la obra y aumentar el público potencial. La idea que de él se forjaba el público a través de fotografías, entrevistas y rumores definía el modo en que se apreciaría la obra”, explica Larratt-Smith.
Sus preocupaciones coinciden en gran medida con las características fundamentales de la cultura popular de los Estados Unidos en los años 60: el sexo, la muerte, el poder y la fama. Aunque sus pinturas pop parecen reflejar acríticamente los valores americanos, la obra de Warhol siempre revela la tragedia y el caos que acompañan la celebridad y la exposición pública. Sus serigrafías de criminales, víctimas de desastres y estrellas de Hollywood fabrican un realismo lírico que al mismo tiempo eleva y critica la cotidianidad.
A través de las serigrafías de Marilyn Monroe, Jacqueline Kennedy y Elizabeth Taylor, Warhol cultivó relaciones imaginarias con mujeres, basadas en sus atributos icónicos: la belleza, el glamour, la fama, las vidas románticas y la fortuna. Como homosexual, se identificaba con sus problemas con los hombres. “En todas ellas, la imagen aparentemente celebratoria se ensombrece con una tragedia del mundo real (…) Esta conjunción de afirmación y catástrofe, estrellato y entropía refleja la fascinación de Warhol por la dialéctica de la fama, por el modo en que se crea, se promueve, se gana y se pierde, por cómo se convierte en una mercancía que se compra y se vende”, sostiene el curador.
The Factory, su imperio hollywoodense
Su famoso estudio The Factory ( La Fábrica) fue un laboratorio social en el cual ricos y pobres, famosos y marginales, homosexuales y heterosexuales se conocieron y se mezclaron. “ La Factory era una extendida parodia de la bohemia, el taller de artista, la familia, la iglesia, la terapia, el estudio cinematográfico y sus muchas formas de producción masiva” , describe Larratt-Smith.
Sus películas documentaron el voyeurismo y el exhibicionismo, el narcisismo y la alienación de la generación de los ‘60, y cuestionaron igualmente las premisas fundamentales del arte cinematográfico. El curador de Andy Warhol, Mr. America puntualiza: “ Sus primeras películas imitan el cinema verité y el cine porno; los Screen Tests, “pruebas de cámara”, reproducen la vanidad y la crueldad del star system, y las últimas películas dirigidas por Paul Morrissey y producidas por Warhol son un homenaje declarado al sistema de los estudios de Hollywood de los treinta y los cuarenta”.
La incesante actividad de Warhol incluyó grabado, fotografía, instalaciones, la dirección de una banda de rock, la concepción de espectáculos multimedia, la producción de películas y la edición de la revista social Interview. Según Larratt-Smith, “Warhol entendía que la fama dependía sobre todo de una interacción sostenida entre un famoso y el público al que manipula, provoca, adula y refleja, y sabía que en publicidad todo suma. En términos más profundos, su comprensión del modo en que las imágenes de la televisión o la prensa desdibujan los límites entre lo público y lo privado y fusionan fantasía y realidad lo llevó a intentar construir su propio imperio hollywoodense”.
Un artista contrarrevolucionario
Nacido en 1928, en el seno de una familia de inmigrantes de Europa del Este, en un barrio obrero de Pittsburgh y criado durante la Gran Depresión, Warhol experimentó de cerca el lado oscuro del sueño americano. Su “América imaginaria” fue la de Shirley Temple y Elizabeth Taylor, la de la presidencia idealizada de John y Jackie Kennedy y la del mito de la superabundancia y del progreso tecnológico, condensados en la lata de sopa Campbell. “El arte de Warhol encarna el giro de la naturaleza a la cultura y, en este sentido, representa, aun sin proponérselo, la hegemonía global de los Estados Unidos”.
Sus comienzos como un exitoso ilustrador comercial ubicaron a Warhol en una posición única para introducir los temas de la cultura popular y el uso de la fotografía en las Bellas Artes, amenazando al expresionismo abstracto, reinante hasta entonces. “Los retratos Polaroid de Warhol travestido de mujer y maquillado fueron especialmente compuestos para evocar las célebres fotografías de Man Ray, de Marchel Duchamp, travestido de su alter ego femenina Rrose Sélavy, y para convertir a Warhol en su más exitoso y espectacular heredero”, señala Philip Larratt-Smith. Para el curador, Warhol les debe mucho a Dalí, Duchamp y Hitchcock, en tanto maestros de la comunicación creativa con el público y el uso de la ironía, el sensacionalismo y la broma para promocionarse y promocionar la obra.
Junto a Jasper Johns y Robert Rauschenberg, Warhol forjó -a partir de la cultura popular- la primera corriente estética verdaderamente norteamericana, que aún hoy continúa dominando el arte contemporáneo. “ Como el travesti -cuya mayor obra es él mismo-, Warhol fue ajustando su imagen a lo largo de su carrera y la usaba para promocionar sus pinturas y sus películas. Su fama personal es igual, si no mayor, que la de su obra. Warhol moldeó su propio mito como parte de una apuesta a la inmortalidad” , concluye el curador.
Biografía
Andy Warhol nació en Pittsburgh en 1928, el menor de tres hermanos. Sus padres, Andrej y Julia, eran inmigrantes de Europa del Este. Se crió en un barrio obrero durante la Gran Depresión; faltaba a clase a menudo por problemas de salud. En 1949 se graduó en Artes en el Carnegie Institute for Technology y se trasladó a Nueva York. En los ’50 se convirtió en uno de los ilustradores comerciales más exitosos de la ciudad, con colaboraciones frecuentes en Vogue,Harper’s Bazaar, y otras revistas. Su madre se mudó a Nueva York en 1950 y vivió con él desde entonces hasta poco antes de su muerte en 1972.
Como artista visual ganó notoriedad con la muestra de pinturas de latas de sopa Campbell presentada en la Ferus Gallery de Los Ángeles en 1962. Su descubrimiento de la técnica serigráfica y la combinación de fotografía y pintura derivaron en sus celebrados retratos de Marilyn Monroe, Elvis Presley, Elizabeth Taylor y Jackie Kennedy, y en las pinturas de criminales, suicidios, accidentes automovilísticos y sillas eléctricas, conocidas como las series de Muerte y Desastre. Se forjó entretanto una llamativa imagen personal que incluía una peluca plateada con la que se promocionaba a sí mismo y a su obra. En opinión de muchos Warhol fue el Pop y el Pop fue Warhol. En 1965 se retiró públicamente de la pintura para dedicarse de lleno al cine, y en los años siguientes produjo más de cien películas protagonizadas por las chicas de la alta sociedad, los freaks y los travestis que frecuentaban su legendario estudio pintado de plateado, la Factory. Por entonces dirigió también una banda de rock, The Velvet Underground, produjo el primer disco del grupo, The Velvet Underground & Nico, y montó el show multimediático de luces Exploding Plastic Inevitable con los Velvets como banda local.
En 1968 una admiradora trastornada le disparó a quemarropa y casi lo mata; Warhol fue hospitalizado y estuvo internado durante varios meses. Después de recuperarse abandonó el cine y volvió triunfal a la pintura con los retratos de Mao Zedong de 1972. Durante la década del 70 hizo más de mil retratos por encargo de figuras tan diversas como el Sha de Irán, Mick Jagger, Carolina Herrera y Muhammad Ali. Creó y promovió la revista de chismes de famosos Interview en la que estrellas de rock, modelos, políticos, estrellas porno y artistas se entrevistaban unos a otros. En los ’80 volvió a la pintura manual e hizo obras en colaboración con estrellas emergentes del mundo del arte como Jean-Michel Basquiat.
En febrero de 1987 Warhol se internó en el Hospital de Nueva York para una cirugía rutinaria de vesícula y murió de una complicación poco después de la operación. Sus restos descansan junto a los de su familia en la Iglesia Ortodoxa Eslava de Pittsburgh.
En 1994 se inauguró en Pittsburgh el The Andy Warhol Museum con una donación de más de 3.000 obras.
Más info: www.malba.org.ar/warhol
miércoles, 21 de octubre de 2009
Buenos Aires con Glamour...Claudia Schiffer, en Buenos Aires junto a Karl Lagerfeld
La top model Claudia Schiffer se encuentra en Buenos Aires junto con el diseñador de Chanel , Karl Lagerfeld, para realizar una producción fotográfica sobre las tendencias de esa firma francesa en locaciones argentinas.
Junto a un equipo de fotógrafos y productores, se hospedan en el hotel Alvear, en el barrio de Recoleta.
La idea era comenzar a trabajar hoy con las tomas, pero la sesión de fotos podría atrasarse por cuestiones climáticas.
Esta producción se produce pocas semanas después de que la top model anunciara su retiro de las pasarelas, durante la semana de la moda de París.
Lagerfeld, conocido como "el kaiser" de la moda, es diseñador, pero también fotógrafo y cineasta. Se lo reconoce como uno de los diseñadores contemporáneos más talentosos, que en cada temporada recrea con la mayor actualidad la impronta de la marca creada por Coco Chanel.