Como se pudo apreciar en la edición anterior de Viajes, la variedad de atractivos que presenta Córdoba es tan generosa como "natural": los paisajes "mandan" en esta provincia de sierras y arroyos mágicos. Pero la capital ha diseñado un convocante circuito que revaloriza su patrimonio histórico. Aquí algunas pistas de esta alternativa urbana para combinar con las tradicionales vacaciones a cielo abierto.
Para tomar nota
La Catedral, muy bien restaurada, la Manzana Jesuítica que agrupa la Iglesia y la recuperada Capilla Doméstica, el interesante Museo de la Universidad de Córdoba, el impactante y recientemente expropiado Palacio Ferreyra y el Museo de Bellas Artes Emilio Carraffa, uno de los más importantes del país componen este importante circuito.
Como bonus track, a sólo 36 kilómetros, en Alta Gracia, se encuentra el visitadísimo Museo del Che Guevara.
Durante estos últimos meses se realizó en el centro histórico de Córdoba un trabajo de puesta en valor que consistió en recuperar los edificios considerados como patrimonio histórico y una mejora de la iluminación y el espacio público en general. De esta manera el turista podrá apreciar íconos del acervo cultural cordobés. Pocos saben, por ejemplo, que la Iglesia de la Compañía de Jesús es patrimonio de la humanidad: la construyeron los jesuitas en 1653. El estilo modesto del frente contrasta con el fastuoso interior. Las marcas que dejaron los nativos que trabajaron en la construcción recrea la tensión histórica entre los evangelizadores y los pobladores originarios.
En el Museo de la Universidad de Córdoba (la primera en fundarse en el país) pueden rastrearse las huellas de la reforma universitaria de 1918, que sentó las bases de los estudios superiores en todo el continente. El descomunal palacio francés que el médico Martín Ferreyra construyó en la Docta, con el jardín diseñado por Thays, fue expropiado por la Provincia, recuperado y abierto para ser visitado.
Palacio Ferreyra
Otro museo remodelado, el Museo Caraffa es un sitio de visita obligada para los amantes del arte contemporáneo.
En Alta Gracia
Y para quienes quieran asomarse a la verdadera historia del Che Guevara, su Museo en Alta Gracia resultará una verdadera sorpresa. Está instalado en una de las casas donde vivió el guerrillero durante su infancia y recibe multitudes de extranjeros que viajan especialmente hasta allí. Cuenta con un material muy completo y abarcativo: desde fotos y cartas (incluida la de despedida, que le dejó a Fidel Castro) antes de su partida a Bolivia, hasta documentales, muebles de la familia y diversos objetos de su uso personal. La escultura que preside la entrada muestra a un "Che" de pantalones cortos junto al que ya es costumbre sacarse una foto.
Por Federico Otermin para Clarín, domingo 31 de enero de 2010
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