Conocida popularmente como Casa Rosada, la Casa de Gobierno de la Argentina esconde tantos misterios como leyendas surcan cada una de sus baldosas. Si bien es uno de los sitios más renombrados del país, muy pocos argentinos conocen su interior a pesar de que, cada fin de semana, es posible realizar visitas guiadas.
Inaugurado oficialmente en 1898, durante la segunda presidencia de Julio A. Roca, la esencia de la construcción fue sufriendo modificaciones que, incluso, alteraron su simetría. La sede del Poder Ejecutivo ocupa el solar que, en 1580, Juan de Garay adjudicara al Fuerte de Buenos Aires. Recién en 1884 llegaría desde Italia el ingeniero Francisco Tamburini, contratado por el Estado Nacional, quien le daría a la existente Casa de Gobierno el carácter de palacio. Si bien el estilo puede vincularse con el “neorenacimiento italiano”, lo cierto es que tiene características que le otorgan un carácter ecléctico.
La sede gubernamental tiene algunas características puntuales que la distinguen con identidad propia. El color rosado de sus muros externos, por citar un ejemplo, la distancia del resto de los palacios de gobierno de Argentina y del mundo que conllevan tonalidades neutras y convencionales.
La visita.
Los fines de semana es posible acceder, de manera libre y gratuita, a las visitas guiadas que son conducidas por los Granaderos, el histórico cuerpo creado por el Gral. José de San Martín que hoy cumple funciones de Guardia Presidencial.
Los visitantes acceden a la sede de la primera magistratura del país nada menos que por los pórticos de Balcarce 50, dirección postal del Gobierno Nacional. Una vez en el hall de ingreso se accede al Hall de los Patriotas, donde se pueden admirar pinturas y retratos de distintos héroes latinoamericanos.
En el primer nivel, luego de ascender por unas imponentes escaleras de mármol, se llega al Salón Mujeres Argentinas del Bicentenario (creado por la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner) dónde conviven retratos de Eva Perón, Alfonsina Storni, Alicia Moreau de Justo y Tita Merello, entre otras emblemáticas mujeres de la historia argentina.
El Salón Sur es otro de los puntos salientes de la recorrida. En él se suelen comunicar importantes anuncios y se celebran las conferencias de prensa. Originalmente se lo denominaba Salón de Recibo, ya que allí se recibía a los asistentes a las ceremonias protocolares.
Más adelante se visita el Salón Blanco que es, sin lugar a dudas, el que se lleva todas las miradas. Por allí desfilaron los personajes más importantes de la historia argentina y se celebraron los actos de mayor trascendencia: asumieron presidentes y ministros, y hasta se realizaron conciertos musicales. Si bien su tamaño real es menor al que transmiten las imágenes de la televisión, este espacio es imponente. Rodeado de espejos, molduras doradas y paredes blancas e inmaculadas. La cabecera presenta un importante frente ornamental en forma de chimenea sobre el cual se encuentran el busto de la República, esculpido en mármol de carrara por el artista italiano Ettore Ximenes, y el Escudo Nacional, realizado en bronce y apostado sobre placas de mármol.
El Patio de las Palmeras se presenta en las entrañas mismas de La Rosada dando un respiro con fuentes y palomas a la vida de oficina que encierra el palacio. Tiene líneas italianizantes y sus pisos son de cerámica inglesa.
Uno de los momentos más inquietantes de la visita es descubrir el Despacho Presidencial. Serpentear, a pocos metros, el emblemático Sillón de Rivadavia y observar, a prudente distancia, los objetos de la Presidenta de la Nación es una experiencia que, más allá de banderías o ideologías, no deja de emocionar.
El imperdible de la visita es salir al Balcón que riega la Plaza de Mayo. Famoso por el uso que le diera el Presidente Juan Domingo Perón para hablarle al pueblo, ese rectángulo histórico regala una mirada diferente de la plaza y de sus edificios más emblemáticos.
Sobre el final, se suceden el Hall de Honor (Galería de los Bustos) donde se pueden ver las esculturas que recuerdan los rostros de los presidentes constitucionales, las Escaleras de Honor de Francia e Italia, el Ascensor Presidencial con todos sus lujos y la Explanada que da a la calle Rivadavia por donde ingresa cada día la Presidenta.
Recorrer la Casa de Gobierno es una experiencia única, emotiva y trascendente, ideal para hacer en familia. Los espacios conocidos a través de fotos y videos se abren al visitante curioso que sabe apreciar el valor de aquellos rincones que encierran los destinos del país y las claves de su historia.
Datos Útiles
Sábados, domingos y feriados de 10 a 18 hs. Cada veinte minutos parte un contingente.
Ingreso por Balcarce 50.
Duración total del recorrido: 30´
Se permite tomar fotografías.
Acceso libre y gratuito.
Por Pablo Mascareño para lugaresdeviaje.com
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