En el estado de Yucatán, la antigua ciudadela es uno de los grandes tesoros arqueológicos de la cultura maya
UXMAL ( El Universal/GDA ).- Dicen que uno de los mejores sitios para iniciar el encuentro con un destino es la ventanilla de un avión. Y aunque desde las alturas la zona arqueológica de Uxmal parece una constelación, Humberto Gómez, guía experto, sugiere conocerla a través de las creencias mayas. "Pensaban que el mundo era un cuadrado dividido entre la tierra, el cielo y el inframundo."
La tierra
Lo primero que se debe tener es un mínimo de condición física. Uxmal, Patrimonio de la Humanidad, es un reto para quien no acostumbre caminar, subir y bajar escaleras.
El camino para entrar en la zona es una vereda selvática rodeada de ceibas y palmas. Aunque se oye el cantar de las aves, durante el invierno no son tan abundantes. "En verano hay muchas guacamayas y pelícanos", dice Humberto.
La pirámide del Adivino es lo primero que conocemos. Pertenece al Puuc, un estilo de arquitectura de estética elevada. La palabra significa serranía. Las construcciones se hacían en forma de montañas para representar los tres niveles de vida: iniciación, resurrección y ascensión.
La atmósfera mística del lugar hace que respiremos profundo, como si algo en el aire nos purificara. En ese momento entendemos que la tierra, según la cosmogonía maya, es lo que permanece. Aclara Humberto: "La vida en sí misma, y la inevitable imagen de que esta ciudad fue creada como centro religioso".
El guía nos cuenta la leyenda de El Adivino. Cerca de Uxmal, una bruja halló un huevo del que nació un enano, al que llamaron El Adivino. Este encontró un tunkul (instrumento de percusión) y lo tocó. Las profecías decían que si alguien lo tocaba, el trono de la ciudad sería suyo. Así que el rey de Uxmal lo escuchó y antes de retirarse de su mandato sometió a una apuesta al enano: el rey se marcharía si el enano construía la pirámide en una sola noche.
Lo escuchamos con atención y pienso que ahora el viajero no viaja, lo viajan. Nos transportamos en el tiempo, cuando Uxmal era capital del reino maya, hacia el año 850 d.C. Entonces preguntamos por qué hay secciones con una tonalidad rojiza. Pero Humberto no puede asegurar nada: "Los estudios muestran que el color es por el tipo de piedra. Eso sí, los relieves de Chaac, el dios de la lluvia, eran pintados en verde y rojo".
El cielo
La ciudad se erigió con la llegada de la tribu maya de los xiúes. Su mayor esplendor se sitúa entre los siglos VII y X de nuestra era.
El guía nos habla de uno de los mayores descubrimientos: los chuntunes, que hoy conocemos como cisternas. "En esta zona no había cenotes y por eso eran fundamentales las ceremonias a Chaac, al agua."
El placer de la sorpresa repetida nos llega. Es decir, sabemos que iba a ocurrir, de tanto ver fotos de Uxmal con las que exclamamos ¡Oh! Pero nada se compara con estar aquí.
Caminamos junto a Humberto hasta el Cuadrángulo de las Monjas y nos cuenta otra historia: "Chaac tiene un color diferente para cada uno de los puntos cardinales. Por ejemplo, aquí, Chaac es llamado en maya Xib Chaac u Hombre Rojo, por estar al Este. Otros edificios -Cuadrángulo de los Pájaros y el Palacio de Gobierno-, según su alineación, reservan el blanco para el Norte, el negro para el Oeste y el amarillo para el Sur".
La principal función de esta alineación tenía que ver con la ubicación de los planetas. Eso mantenía la armonía en Uxmal, en el universo. "¿Esto es el cielo?", le preguntamos a Humberto, y responde que sí.
El Cuadrángulo de la Monjas fue utilizado como escuela para los mayas. Está adornado con figuras humanas. "Aunque, según documentos, éste fue más bien un centro de curación."
El inframundo
Continuamos la caminata al Palacio de Gobierno. Humberto insiste en que éste es uno de los edificios mejor conservados, hecho por cientos de manos indígenas prodigiosas. "Sus piedras están cortadas en forma de mosaico, conocidas como piedras de recubrimiento."
Salimos y el juego de pelota nos recibe. De éste sólo podemos observar sus anillos. Seguimos al Cuadrángulo de los Pájaros, pero antes de subir hacemos una pausa y lo admiramos por fuera. Es enero y la temperatura promedio es de 30°C. "Fíjense en su fachada, tiene muchas esculturas de aves. Existe la hipótesis de que el edificio fue un centro de purificación."
Finalmente vamos al Palomar, ejemplo de la ingeniería maya. "¿Han visto los carteles de lona con agujeros?", cuestiona Humberto. Eso es para que el viento no los rompa. Este recurso lo aplicaron originalmente los mayas para protegerse de los huracanes.
Uxmal, nos cuente o no su verdad, nos deja pasmados. ¿Por qué se fueron todos? ¿A dónde? Lo que constata el museo del sitio es que la ciudad fue abandonada por guerras, que todos desaparecieron y los españoles la encontraron desierta.
Jessica Servín para La Nación
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