lunes, 6 de diciembre de 2010

Harry Potter y el secreto de su nuevo parque temático

Los juegos, que abrieron hace unos meses junto a Universal Orlando con récord de público, invitan a sumergirse en un mundo mágico de hechizos y vuelos, tan reales como en las películas





ORLANDO.- Es una verdad universalmente reconocida que todo padre de familia, poseedor de una insistente prole, necesita visitar Orlando. La meca de los niños criados en la era de la animación 3D y la realidad virtual está precisamente allí, en el centro de Florida, donde se concentran los más imponentes parques temáticos inspirados en personajes y películas que son clásicos contemporáneos. El más nuevo de todos es el sector consagrado a Harry Potter, el ex niño y ahora adolescente mago creado por J. K. Rowling, en Islands of Adventure, parque temático mellizo de Universal Studios. Hace tiempo se lo venía anunciando, con bombos y platillos, y finalmente The Wizarding World of Harry Potter abrió sus puertas en junio.

Desde ese día mágico cambiaron las relaciones de fuerza entre Universal Studios, donde están los juegos dedicados a Shrek, Tiburón, La Momia, Los Simpson y Twister, e Islands of Aventure, consagrado a los superhéroes y Dr. Seuss. La entrada principal y la boletería es la misma. Desde allí se puede tomar a la derecha hacia Universal o seguir derecho y cruzar el puente hacia Islands of Adventure. Pues bien, si hasta hace pocos meses Universal solía ser el primero de los parques visitados, y también el que concentraba mayor caudal de público, desde la apertura de Harry Potter una marea humana enfila directo hacia Islands of Adventure como llevada por una mágica flauta de Hamelin.


Sin privilegios
Claro que si el disfrute de las atracciones es inversamente proporcional a la espera previa hay que tener en cuenta que en el juego principal, Harry Potter and the Forbidden Journey (Harry Potter y el viaje prohibido), no hay magia que abrevie las colas. Ni siquiera el pase rápido que se ofrece (previo suplemento sobre el precio de la entrada) para sortear la fila común, ya que en la boletería no se aclara que este juego, el favorito del momento, está excluido de la entrada privilegiada.

En la larga fila para entrar hay tiempo suficiente para admirar la magnífica reconstrucción de Hogwarts. También hay aprendices de magos de todas las edades... Varios chiquitos, vestidos como Harry y sus amigos, terminan por tirar la toalla ante el lento avance: y tal vez ganen un tiempo valioso para visitar el resto del parque, ya que este juego -absolutamente espectacular por velocidad y efectos- es más adecuado para los admiradores más crecidos de Potter & Cia.

Como Megan, una adolescente pelirroja de 15 años que llegó desde Virginia enfundada en una túnica con el logo de Slytherin y decidida a vivir en primera persona la magia de Hogwarts: "Es que lo leo desde chica", comenta en una charla improvisada mientras examina cada detalle del corredor que lleva hacia el interior del castillo. Por las edades en la fila, son varios los lectores de Potter de la primera hora, y también los miniaprendices que visten túnica y anteojos redondos, con una cicatriz en forma de rayo pintada sobre la frente. Paso a paso se va descubriendo el despacho de Albus Dumbledore, la clase de Defensa contra las Artes Oscuras, la sala común de Gryffindor, los retratos parlantes, todo recreado con una minuciosa atención hacia los detalles.

Finalmente llega la hora de subirse al juego, ajustarse las barras de seguridad sobre los hombros y salir literalmente a volar. A toda velocidad, los carritos se desplazan y se sacuden entre gigantescas pantallas 3D que dan la impresión de entrar en la película: no es una montaña rusa, sino un viaje entre la recreación de escenas inspiradas en los libros y las películas del personaje. La tecnología usada es de KUKA Robotics, de origen alemán, que permite a los asientos de cada participante girar sobre sí mismos sostenidos por un brazo robótico: así van desfilando frenéticamente los dementors, un partido de quidditch, el vuelo alrededor de Hogwarts, el bosque prohibido, la araña Aragog, un robot de animatronic que arroja humo por las fauces y, una vez terminado el juego, ya sin robots a la vista, el imprescindible gift shop bautizado Filch´s Emporium of Confiscated Goods, es decir el emporio de objetos confiscados por el malévolo preceptor Filch. Una auténtica proeza técnica a la que dan ganas de subir nuevamente apenas se puso un pie en tierra.

Otros dos juegos completan la oferta del sector: el más fuerte es el Dragon Challenge, una montaña rusa doble e invertida que existía en Islands of Adventure y fue reformulada para el sector de Harry Potter, convirtiéndola en un desafío entre dos dragones, el Chinese Fireball y el Hungarian Horntail. Durante la fila se pueden ver las banderas del Torneo de los Tres Magos, la cabaña de Hagrid y el auto volador de los Weasley. Y después, a toda velocidad, durante dos minutos y veinte segundos los dragones circulan por vías adyacentes y varias veces dan la impresión de estar a punto de chocar, mientras los pies de los participantes voladores subidos a los dragones prácticamente se rozan por la cercanía.

Los más chicos y los menos aventureros se sentirán más cómodos probablemente en el tercer juego, el Hippogrif´s Flight o Vuelo del Hipogrifo, también una reformulación del existente Flying Unicorn. Esta montaña rusa familiar se inspira en Hagrid, el gigante que enseña a los jóvenes magos a volar sobre un Hipogrifo en su clase sobre las Criaturas Mágicas. Muy corto, lo más lindo es sin duda la vista área de todo el sector Harry Potter en el comienzo del recorrido.



Hogsmeade, casi real
La ambientación del Wizarding World of Harry Potter es digna de Disney, el único parque de diversiones donde se ve el mismo amor por los detalles. Un logro que se refleja en la calle principal de Hogsmeade, el pueblo mágico reconstruido en Islands of Adventure: a escala real, al menos según cabe imaginarlo, su único inconveniente es la incapacidad para recibir la cantidad de gente dispuesta a visitarlo. En los días más concurridos hay que hacer cola en la puerta de cada negocio, como el local de varitas mágicas de Ollivander, que incluye un mini show en el que la varita elige al mago, exactamente como en los libros. También atrae Zonko´s, local de chascos como el de los gemelos Weasley, y sin duda Honeydukes, negocio de golosinas donde se consiguen las famosas ranas de chocolate (se pueden comer sin temor, porque no se mueven) y las más famosas aún grajeas de todos los sabores de Bertie Bott´s (y a no confiarse, porque hay sabores auténticamente espantosos). Parece que una con gusto a pescado tomó por sorpresa a una chiquita émula de Hermione, al menos a juzgar por la cara de espanto nada fingida con que arroja el confite, entre las risas de sus hermanos mayores más informados de los secretos mágicos de las pastillitas en cuestión...

Por Pierre Dumas

Datos Utiles
Horarios
Universal Studios e Islands of Adventure abren todos los días, a las 9, y cierran, según el día y la estación, entre las 18 y las 22. Los horarios se pueden consultar en www.universalorlando.com

Precios
El pase diario, con acceso a los dos parques, cuesta 112 dólares para los adultos y 104 para los chicos. El pase de dos días, 135 y 122, respectivamente. El pase Express Plus permite evitar las filas habituales por un pago extra que puede ir de 26 a 70 dólares, según la demanda, por persona. Pero conviene consultar qué juegos están incluidos en la boletería o en la Web del parque.

Requisitos
Las atracciones requieren también requisitos mínimos para participar. Para Harry Potter and the Forbidden Journey, la estatura mínima es de 1,20 m. El Dragon Challenge requiere 1,37 metros, y el Flight of the Hippogriff por lo menos 0,91 metros.

UNIVERSAL, PARQUE DE PELICULA
Dado que el cine y la televisión son la especialidad de Universal, Harry Potter no es el único personaje ni la única serie de películas que inspiró uno de sus sectores. La parte más tradicional del parque es un auténtico homenaje a los grandes éxitos del cine, desde clásicos como Tiburón, con la reconstrucción del pueblo costero de Amity y el temible tiburón gigante (nadie deja de sacarse una foto entre sus fauces), hasta novedades como Shrek, con un espectáculo 4D para sentirse como andando al lado del Burro y el ogro verde. También hay un sector para la romántica ET y su vuelo nocturno en bicicleta; para las tremebundas tormentas y tornados de Twister (una de las mejores atracciones), y para la terrorífica La venganza de la Momia. También hay que visitar Disaster!, una atracción centrada en la creación de efectos especiales de películas célebres: a pesar de que es necesario seguir explicaciones en inglés, la experiencia vale la pena.

RECUERDOS HECHIZANTES
El auténtico aficionado no puede sino tentarse con la multitud de gadgets y recuerdos inspirados en el mundo de Harry Potter. Desde las túnicas de las cuatro casas respectivas -Gryffindor, Slytherin, Hufflepuff y Ravenclaw, a 100 dólares cada una- hasta remeras de rugby de Gryffindor (48 dólares) y las varitas mágicas de distintos modelos, según correspondan, por ejemplo, al propio Harry, a Dumbledore, a Sirius Black o al mismísimo Voldemort (30 dólares cada una). En peluche, lo más lindo es la réplica de Hedwig, la lechuza de Harry y el perro de tres cabezas Fluffy (30 dólares). Además hay escudos metálicos de las cuatro casas de Hogwarts, una réplica del ojo de Ojoloco Moody, tazas, remeras y chascos.
Fuente: La Nación, domingo 5 de diciembre de 2010.

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